miércoles, 1 de junio de 2011

Entre los que se van y los que se quedan

Embarque en Bajo de Guía
En siete días, el Jerez romero marchará sobre la plataforma de Cristóbal Anillo al albur de mareas y euforias, de cantes y copas, de vivas y exuberancia, de alegrías del que se va y de melancolía cuando no lágrimas del que se queda.
El sol se estará poniendo procediendo a dorar la superficie de esas aguas mezcladas del Guadalquivir y el Atlántico y el proceso personal de cada cual será de una profundidad tan insondable en unos casos como en los otros.
La superficialidad de los que se despidan no será lo que aparente mientras el onirismo del estado en que desembarcarán en Maladar simule obedecer a un tributo a Baco. Ni mucho menos es ese el tono que prime. Aunque lo parezca.
Tampoco la pena será tan honda en quienes se queden sobre la arena sanluqueña de Bajo Guía. Al fin y al cabo se sabrán privilegiados encargadores de sus preces a la Virgen, felices aguardadores del romero que les traigan.
El Rocío ya está ahí, al alcance de la mano, y lo cierto es que estamos comenzando para ustedes el último 'Carrera Oficial' formalmente nutrido al uso de lo que solemos durante todos y cada uno de los miércoles del año.
Lo que le ofrezcamos el próximo miércoles será... otra cosa. Más viva porque el directo en camino dibujará ya en ustedes, queridos oyentes, romeros a los que las circunstancias familiares o laborales le impiden otra cosa.
Más cercano que nunca de estos últimos, en veinte años de Rocío radiofónico, se encuentra quien viste y calza. Pero sin dejar de ser romero, sin dejar de sentir el pellizco popular y acendrado del jubiloso Pentecostés andaluz.
Denme la bienvenida como yo, en primera línea del trabajo rociero de esta casa un año más, ya lo hago al inicio de nuestro espacio de hoy. Sean bienvenidos, señoras y señores. Comenzamos nuestro programa.
(Cope-Jerez, 1-Junio-2011)

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