Foto de Eva Lindberg |
La sala de exposiciones de la Pescadería Vieja, noble instalación del centro cuya historia está cuajada de contacto con la cultura, dio respuesta a las dos necesidades que, en esta ocasión, generaba la difícil situación. Si, de un lado, aporta el alivio al calor exterior en verano –aunque no faltan libreros que aseguran las altas temperaturas del lugar elegido–, de otro, se ha conseguido evitar el gasto al que la tradicional ubicación en el Arenal obliga. Y, con todo, echan de menos la plaza los expositores.
La recién inaugurada cita, abierta hasta el sábado 2 de julio, está ya en marcha. Y abrió sus puertas con la presencia de Flamencos de Tombuctú (con librería en el Zoco de Artesanos), El Árbol de las Palabras (plaza de San Andrés), Luces de Bohemia (plaza Vargas), Librería Asidonia (librería diocesana con librería en calle Eguiluz), Enmanuel El Buen Pastor (de la Iglesia Evangelista), El Laberinto (calle Remedios), Bomarzo (junto al Campus de la Asunción) y el Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento.
Experimento nocturno
La Feria del Libro de Jerez 2011 abre sus puertas cada día de 11 a 13.30 h. y de 19 a 22.30 h. (viernes y sábados hasta las 23 h.). Y llama la atención esa prolongación hacia un horario nocturno sugerido ya que «como dijeron que la única fecha era junio, y teniendo en cuenta que las cinco de la tarde no era la mejor hora en pleno verano, propusimos al Ayuntamiento alargarla hasta la noche y que ese carácter nocturno aporte sabor novedoso», dice Agustín Cárdenas, responsable de la Librería Asidonia.
Han respondido los libreros habituales –«salvo la ausencia de La Luna Nueva», apuntan– aunque se suma la novedad de Bomarzo, una librería aún por abrir y que encuentra en la Feria del Libro una buena plataforma para iniciar su trayectoria. Alejandro Recio, responsable de este nuevo establecimiento, lo tiene claro: «Qué mejor oportunidad que darnos a conocer a los jerezanos en este acontecimiento», afirma con esperanzas.
Aunque la proximidad de esta librería con la sede universitaria le hará especializarse en el libro de texto necesario para las titulaciones que acoge el Campus de la Asunción, a la Feria ha llevado fundamentalmente una sección de libros infantiles y juveniles, clásicos de la literatura y obras en inglés y francés. Lectura refrescante, en cualquier caso, en medio de un nuevo formato que lo mejor que ofrece es, a juicio de muchos, «que la actividad no se perdiera», como afirma el propio Recio.
El reino de la lectura de evasión
«En la Feria del Libro, por experiencia de otros años, se venden cositas para niños, cuentecitos, vidas de santos o sobre Juan Pablo II que ahora está en boga», dice Agustín Cárdenas, de la Librería Asidonia. Hasta los establecimientos confesionales –la Pescadería Vieja ofrece uno católico y otro evangélico estos días– intentan ponerlo fácil al comprador, poco dado a complicarse la vida con sus lecturas veraniegas, que es lo que promueve una cita como ésta trasladada a estas fechas.
María Sánchez, de Hojas de Bohemia, repasa su oferta y, sin obras religiosas, tampoco difiere mucho en el espíritu general: «Tenemos narrativa, mucho bolsillo para el verano, algo de cómic, un poco de infantil y las obras de nuestra editorial». En ese capítulo de lectura de evasión, muy amplio en sus contenidos posibles pero con el único objetivo de entretener, cabe enmarcar los temas jerezanos. El Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento cubre ese espacio. «Hay mucha gente que, aunque pueda leer poco, se interesa por los temas locales», dice Francisco Toro, responsable del stand municipal.
(La Voz, 26-Junio-2011)
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