Vísperas rocieras con Los Doñana

Es hora de cambiar la corneta y el tambor por el pito y el tamboril. Hora, al fin, de no hacer más balances de la Semana Santa si, a cambio, podemos seguir centrándonos en Jesús y María, tan Pastorcito Divino como Cristo crucificado Él como tan Rocío, Ella, como Angustias, Amargura o Dolores. Y lo hacemos añadiendo al viento y la percusión genuinamente rocieras alguna guitarra y, según parece, hasta un piano.

Pasado mañana pregonarán Los Doñana la Romería de Pentecostés en La Concha y, tras haber estado con ellos el viernes pasado mientras recogían las pastas de la Peña La Carbonera y deleitarnos a capela, han de estar dispuestos a exaltar tanto desde la versificación o la prosa poética como por el cante de sus sevillanas de siempre. Todo preparado y nosotros retomando 'Carrera Oficial' tras el paréntesis futbolero del miércoles pasado.

'Sólo decir tu nombre', Rocío, la editorial se transforma por mucho que se mantuviera la marcha procesional de fondo. 'Sólo decir tu nombre', Rocío, todo comienza a oler a retama y a sonar a cabeceo de mulas. 'Sólo decir tu nombre', Rocío, el corazón se me enciende a base de exuberancia romera derrochada desde unas semanas antes de aviar el costo aunque, eso sí, con la papeleta de sitio en la mano. Que mañana se acaba el plazo.

'Sólo decir tu nombre', Rocío, es el título de una de las sevillanas más populares de los pregoneros y con ellos, con Juan Antonio Muñoz 'Pichuli', Manuel Escobar, Paco Lola y Fernando Guzmán, con Los Doñana, diremos el nombre de María Santísima de las Rocinas desde las sillas de La Concha pero también desde el asiento del alma en vilo que tantos sentimos ya haciendo una cuenta atrás digna de mayor regusto visperal.

Pero nunca tantos dijeron el nombre de la Virgen sino cantando su Salve incomparable. Sea su sonido el que nos alumbre al comienzo de un 'Carrera Oficial' que, evidentemente, busca ya el camino de las arenas para llenar los próximos minutos de radio, a dos días del Pregón del Rocío de este año, del fragante amor desatado que estos días no vive sino soñando las glorias del Pentecostés rociero.

(COPE, editorial en 'Carrera Oficial', 21-04-10)