viernes, 19 de junio de 2015

Un caballo de troya en el Ayuntamiento


No sé si le traicionó el subconsciente. Quizá sólo faltó haberle dado una vuelta más a la idea. Pero si Ganemos llega hasta el corral de la casa porque le abren la puerta con gran hospitalidad socialista y luego se marcha con rechazo al gobierno que le ofrecen no debieran, en la investidura, decir que son "un caballo de troya". "Pacífico", creo que añadió Santiago Sánchez. Pero eso no existe. El único de la historia tuvo otros propósitos.

Pasaba hace un rato con la moto por la jerezana avenida de Andalucía. Y allá donde Noriega construyó casas de alto standing en antiguos terrenos de las Niñas del Altillo y regaló a la ciudad el monumento de la foto... allí, precisamente, me acordé del concejal de Ganemos. Que él me disculpe por relacionarlo con lugar tan poco... popular. Pero mirando esa herrumbre sobre el árido monte de piedras me acordé de su 'caballo de troya'.

No soy un gran amante de los hechos bélicos pero sí de la historia que, con mayúsculas, ha diseñado nuestros comportamientos actuales. Y aquella mención fue un despropósito. Tras un compromiso tan relativo con Jerez y pese a la grabadora, arrogarse la guerra menos transparente como ejemplo es poco afortunado. Así es Ganemos? Alimento de una panza equina de madera en la que ocultarse para dar la cara cuando la reacción ya sea imposible? No creo.

Así entraron los griegos entre los muros de sus enemigos. Los troyanos creyeron apoderarse de un importante elemento de los rivales. Pero la ardid se les volvió en contra. Los soldados escondidos en el interior de semejante artilugio pudieron, a su merced, cargarse, durante el descanso nocturno, a quienes aparentemente guarecidos en su confort terminaron pasando a la historia como los ingenuos que inconscientemente les abrieron las puertas.

La otra noche vi uno de esos lances en campo de batalla abierto que brindan la oportunidad de cotejar la valentía de quienes están viéndose las armas cara a cara, las posibilidades de triunfo o derrota de cada cuál y hasta la mirada afilada del enemigo. Sin ocultaciones de ningún tipo. Era en una de las películas de la secuela generada por 'El Señor de los Anillos'. Pero hay muchos ejemplos históricos. No tiene esto más que ver con sus pretendidas luz y taquígrafos?

Lo dijo él hace seis días. Declararse caballo de troya dentro del Ayuntamiento es, a mi juicio, un ejercicio muy torpe dadas las circunstancias. Sé que fue un pleno de investidura de indisimulados alardes de conocimiento histórico (lo de la Mano Negro lo analizaré en otro momento) o literarios (refranes hubo para otra reflexión) pero forzar la máquina innecesariamente lo puede colocar a uno a las patas de unos caballos que no son precisamente de madera.

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