Enrique Espinosa, delegado de Economía. |
Pero en cuanto, a la aparición en septiembre pasado del denominado Primer Plan de Ajuste 2011, se sumó más tarde el Plan Integrado 2012-2014 y se presentó igualmente el Plan Económico-Financiero de Reequilibrio la comprensión del cúmulo de contenciones del gasto –y de incremento de los ingresos, que haberlos haylos– puestas sobre la mesa comenzó a hacerse particularmente difícil para el jerezano medio. Por ello se hacían necesarias las explicaciones de Enrique Espinosa, el delegado de Economía.
La ecuación es tan aparentemente fácil para el responsable de todo ello en el Ayuntamiento que se resume en la suma del déficit cero lo antes posible, la reducción del endeudamiento creado para afrontar la acumulación anual de números rojos y, ajustados los gastos convenientemente, buscar paralelamente el incremento de los ingresos. ¿Fácil? No. Aunque en boca de Espinosa, que se pone las gafas y adquiere aires de viejo profesor en el que parece posible confiar, las cosas parecen menos pesimistas.
Los números, sin embargo, desazonan irremediablemente: «Cada año nos gastamos 31,5 millones más de lo que ingresamos, y hemos llegado a un déficit acumulado o ahorro negativo, de 420 millones de euros; ése es el primer ajuste», detalla. Otra cosa es la deuda, situada ya el 958,7 millones de euros según afirmaba ayer mismo Espinosa. «¿Aquí hay que hacer un ajuste, no?», pregunta con obviedad el delegado quien pasa a cuestionarse con mayor urgencia: «¿Cómo resolvemos este problema?».
El documento presentado en septiembre pasado responde a ello con reducción de los coste salariales del gobierno municipal, administrativo de la Alcaldía, de telefonía, los que correspondieran tras un estudio y análisis de los servicios prestados por el Ayuntamiento, la reducción de empresas mercantiles municipales mediante liquidación y disolución de aquellas cuyo objeto social han perdido virtualidad en la actual coyuntura económica municipal o la reducción y adecuación del tamaño de Jecomusa.
Las protestas de la plantilla de Onda Jerez, ahora más calmadas y en compás de espera de la evolución de la intervención del concurso de acreedores, amagaron con la puesta en solfa de una credibilidad que ampararon los votos del 22M. Todo el mundo entiende la necesidad de recortes aunque la repercusión laboral levanta ampollas. Como en el caso de las concesionarias con problemas de retrasos salariales (Acasa, Limasa o Urbanos Amarillos mientras duró). Pero la consigna es «ni un paso hacia atrás».
Medidas de impulso económico con inversiones productivas priorizadas en los sectores industrial, de la construcción, del turismo de calidad, las actuaciones urbanísticas en la ciudad consolidada, la Ciudad del Flamenco como motor de un centro histórico con plan especial de vivienda, otro plan especial de desarrollo rural, la Relación de Puestos de Trabajo y sus consecuencias (reducción y amortización de puestos por jubilación y otras razones, reducción de horas extras...) son parte de las respuestas.
Ya habla el Plan de Ajuste, en el área de Economía, de «una situación de absoluto colapso» que lleva a Enrique Espinosa a subrayar que «en los pagos, hay una situación de facto de suspensión de los mismos». Casi ni se detiene en los efectos que en ello tenga el último gobierno socialista. Lo suyo son los números y a ello se dedica. Para salir de ello es preciso contemplar, entre otros detalles, que «la tesorería está comprometida para los próximos años, desde ahora hasta el año veintitantos», recuerda.
El convenio pendiente con la Agencia Estatal de Administración Tributaria y con la Seguridad Social, las medidas fiscales ya previstas para este inmediato año 2012 o la racionalización de la titularidad y el uso correspondiente del patrimonio inmobiliario municipal son acciones también previstas en un Plan de Ajuste que «vuelca todo ello en un Plan Integrado que determina los valores objetivos, los que están cifrados», explica el delegado como mecanismo para buscar el equilibrio presupuestario.
El Ayuntamiento está, además, obligado a ello. «Son muchos los decretos que nos obligan», recuerda Espinosa. El último, de 2007, dice que hay que ajustarse a esta normativa de estabilidad que obliga a elaborar, y este es el tercero, el Plan Económico-Financiero de Reequilibrio. «Estamos obligados desde una perspectiva de grupo: el Ayuntamiento y las empresas municipales, aunque no todas», apunta. Se trata solo de las 18 de las 40 a las que el Consistorio controla directa o indirectamente y aquellas cuyas ventas producidas en el mercado sean inferiores al 50% de su coste de producción.
(La Voz, 11-Diciembre-2011)
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