Foto de Javier Fergo. |
El mediodía e inicio de la tarde, horas ideales para dejarse llevar por los caldos de la tierra y el picoteo cuando no para todo un almuerzo en medio de tan entrañable ambiente, fueron los momentos elegidos ayer para las pocas iniciativas de las que se tenía conocimiento. Especialmente atractiva resultaba la que convocaba la asociación de vecinos de Palos Blancos, por ejemplo. El tono multicultural otorgado a la cita era un aliciente más. Y tanto la zambomba como el rastrillo, con trueque juguetes entre los críos participantes, proporcionó la ocasión de disfrutar de un modo distinto.
Más clásico, el plan de la zambomba de la calle San Pablo recibió el respaldo de muchísimas personas que, a la llamada del conocido tabanco que lleva el nombre de la propia vía peatonal del barrio de San Miguel, acudió para tomar una copa y acompañar con las voces y las palmas los villancicos cantados para la ocasión.
(La Voz, 12-Diciembre-2011)
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