Si las compañías que forman el tejido económico de la ciudad encontraran las ventajas de su implicación social más allá de la que ya supone, especialmente en tiempos de crisis, la creación de riqueza y empleo, los graves problemas que las desigualdades reportan a la sociedad estarán más cerca de resolverse. Si un apelativo especial y un logo identifica a las que dan el paso, cabe esperar que otras se animen también a hacerlo.
Es así como Cáritas fragua un modelo, el programa 'Empresas con corazón', que tras llevar un tiempo dando resultados en otros lugares como por ejemplo Barcelona, la diócesis de Jerez ha abrazado con el objetivo de establecer unos vínculos que formalizan colaboraciones muchas veces existentes ya y otras abriendo puertas nuevas. Y ya se ha avanzado mucho desde una primera presentación realizada hace unos meses.
En apenas dos semanas, una vez Cáritas diocesana ha abandonado una primera fase de preparación de todo el contenido que ofertar a las empresas, ya han sido tres las empresas que han rubricado sus compromisos respectivos con esta institución eclesial. Proceden de sectores tan diversos como el de los concesionarios de automóviles (Solera Motor), la producción vinatera (Beam Spain) y el agroalimentario (Explotaciones Euroagrícolas).
¿A qué se comprometen?
No es extraño que entre éstas primeras compañías, como en otras con las que ya se está también hablando, hubiera un primer germen alentador de un convenio como los ya firmados. Una aportación económica ya existente, un local cedido como almacén para Cáritas o una predisposición a la colaboración con programas puntuales para la promoción de la persona como los que se desarrollan desde la Iglesia han sido punto de partida.
Los compromisos se pactan. Pueden llegar a la recepción y ayuda a la promoción laboral de personas que pasaron por cursos organizados desde Cáritas y dirigidos a personas desfavorecidas. O pueden establecerse en base a un compromiso de cesión de personal propio específico para labores precisas. La promoción del voluntariado entre las plantillas de las empresas o la aportación de ayuda económica o en especies pueden también permitir ser 'empresa con corazón'.
Francisco Domouso, el director de Cáritas, tiene en Bartolomé Montaldo, al responsable del programa. Éste último dispone, por su parte, del trabajo de veteranos de la institución eclesial como Juan de los Ríos, exdirector de Cáritas, o Rafael García Angulo. Son conocedores, por demás, del tejido empresarial de la ciudad y del resto de la diócesis. Su esfuerzo, por cada firma que se alcanza, se plasma en otras muchas compañías que ya se encuentran en conversaciones.
Una pegatina en la puerta de los negocios identifica ya a las que se han decidido. Una condición otorgada por Cáritas les confiere aquello que las señala como algo más que meras productoras de riqueza para los titulares de las empresas.
(La Voz, 9-Diciembre-2011)
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