El toro en su hábitat natural, esencia de 'A campo abierto' |
Las viviendas y escuela que la Fundación Vicente Ferrer construirá con éstos y otros apoyos en Jammampalli, en el área de Madakasira, dispuso del apoyo de Álvaro Domecq y su equipo al frente de esta iniciativa de promoción turística en el corazón de la provincia, y al amparo de la ganadería de los toros de lidia y la correspondiente actividad ecuestre que genera.
Con ese estímulo especial asomó semejante despliegue campero ante los ojos de quienes ocupaban el hemiciclo que, a modo de incompleta plaza de toros, existe para un público que ayer se reunió en cifra cercana a las 300 personas. La vida del toro bravo en estado puro desfiló ante aquellos que se comprometieron con la causa que fue el motor de esa presencia.
La riqueza de la dehesa
Cuantos se animaron fueron premiados con una recreación en vivo de los trabajos que, a caballo, se realizan entre los toros de lidia cotidianamente. Criados en la dehesa, los animales asomaron en medio de un espectáculo especialmente bello que dispuso de los numerosos atractivos de esta actividad campera y cuajada de esencia genuina de nuestra tierra.
Lotes de vacas acompañadas de un semental, becerros, cabestros, yeguas, jinetes y caballos trabajando igual en doma vaquera que en alta escuela española completaban el programa. Pero no quedaban ahí todos los alicientes ya que la misma presencia en esas evoluciones de niños jinetes, sobrinos de Álvaro Domecq, también hizo las delicias de los asistentes.
Junto al acceso a las instalaciones de la finca Los Alburejos para contemplar el espectáculo, que ya proporcionaba 25 euros por cada adulto y diez por cada niño, con posterioridad podía asistirse a un almuerzo que, con caja aparte, contribuyó también a los fines solidarios de la convocatoria. Los platos facilitados por seis restaurantes ayudó igualmente a la causa.
Pese al fuerte levante
La presencia de Javier Durá, Lidia Menacho u otros concejales jerezanos se sumó a la de muchas otras personas que, incluso de lugares como Marbella o Mérida, vinieron expresamente a la finca ubicada junto a Medina Sidonia para colaborar con esta iniciativa disfrutanto del campo y del espectáculo en las mencionadas instalaciones de Álvaro Domecq.
Y ello fue así pese al fuerte viento de levante que, aunque arrugó, a algunos presumibles asistentes previstos no aminoró mucho la cifra de personas dispuestas a disfrutar de ‘A campo abierto’. «No hemos tenido mucha suerte con este viento», decía Francisco Valencia. El otrora director de González Byass o Fedejerez es un activo colaborador de la Fundación.
Valencia, un verdadero apasionado de esta dedicación, recuerda que la institución fundada por Vicente Ferrer eligió en su momento el distrito indio de Anantapur para, concentrando los esfuerzos en un lugar delimitado pero en el que se pueda hacer mucho, conseguir que un enorme porcentaje de su población reciba parte de los beneficios de sus esfuerzos solidarios.
Escuela ‘Álvaro Domecq’
Así, facilitar un techo se convirtió en primera aportación de esta ONG a la zona. Luego llegaría la ayuda a la alimentación y la disposición de agua potable, al trabajo en el campo y la generación de recursos propios y a la creación de escuelas (como es el caso en esta ocasión) habiéndose llegado a generar estudiantes universitarios.
La escuela que se construirá con estos y otros fondos llevará el nombre de Álvaro Domecq, para quien se tuvieron diversos detalles de agradecimiento desde la Fundación Vicente Ferrer como la presencia de un mariachis (tampoco faltó el flamenco) que le evocara al rejoneador su etapa de triunfos taurinos en Méjico.
(La Voz, 2-Octubre-2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario