miércoles, 23 de febrero de 2011

Lo que no consiga la Semana Santa

Trabajo me costaba creer que hasta 1.300 multas quedarían sepultadas bajo el azul de las carpetas de cartón en las que uno imagina se archivan las cosas insustanciales. En eso han quedado aquellas sanciones que la hiperactividad de la Policía Local desplegó el año pasado, cuando la primavera envolvía con su celofán de brillos solares y aires cálidos la presencia de nuestras procesiones en la calle.
Eso sí, la decisión de la delegación de Movilidad y Seguridad del Ayuntamiento, pendientes de regular hasta la posibilidad de que en los grandes eventos -solo- se pueda aparcar sobre aceras y medianas, llega para bajar del burro a los agentes díscolos. La productividad municipal excesiva está mal vista. Esta claro. Desde los tiempos del 'Vuelva usted mañana' con que Mariano José de Larra describía el empleo de los funcionarios.
Pero el desborde laboral reivindicativo es el de la peor calaña. Pregúntenle al gobierno local socialista. Por eso, mientras todos nos engloriamos con la aparición, hoy especialmente, del buen tiempo como preludio 'semanasantero', en el Ayuntamiento celebran la llegada de estas vísperas de una nueva Cuaresma conmemorando el año que se cumplirá de aquí a nada de aquella procesión de multas que tanta cera -de la mala- repartió en la calle.
Lo que no consiga la Semana Santa no lo consigue nada. Y ello, tan ponderado por los cofrades en general y por nosotros que en particular tanto estamos por la labor de que se nos reconozca la verdad, es así pese a que no son pocos los dispuestos a considerar que la verdadera fiesta primera de la ciudad es alguna otra. Por ello los policías eligen nuestras cofradías en la calle para gastárselas como se las gastaron. Por eso el Ayuntamiento no lo consiente.
Ahora toca, mientras se pelean 'pilaristas' y díscolos -y ahora no hablo de los policías y sus reivindicaciones-, que quienes mandan en la ciudad se lo crean de verdad y nos eviten quedar como los malos de la película montando los palcos antes de lo debido, acusándonos de nuestras ideas cristianas mientras buscan que 'culturicemos' y 'afolcloremos' nuestros despliegues o privándonos de alguna prebenda que otras fiestas menores sí que tienen.
Estamos a dos semanas del Miércoles de Ceniza. Para entonces me revisteré de la severidad de un tiempo cuaresmal más dado a sufrir que a rajar. Pero, como aún estamos en medio del Carnaval, permítanme que les salude con esa chispa tan permitida por la casta política si de las 'carnestolendas' se trata. Al pregón celebrado el pasado domingo en Villamarta les remito. Todos recibieron 'cera' (Pilar, Pedro, María José...). Y se quedaron encantados.
(Cope-Jerez, editorial en 'Carrera Oficial', 23-Febrero-2011)

1 comentario:

  1. GABI TEN POR CUENTA QUE PARA QUITARLAS Y QUE LOS POLIS SE QUEDEN CALLADOS, ALGÚN SOBRE O PROMESA BAJO CUERDA HABRÁ QUEDADO, Y SINO TIEMPO AL TIEMPO, YA VENDRÁN COMO HACE UN AÑO HABLANDO DE LAS PALABRAS PROMETIDAS QUE NO ESCRITAS Y VOLVERÁN OSCUROS NUBARRONES SOBRE CUALQUIERA DE NUESTRAS FIESTAS, SOLO TIENES QUE FIJARTE QUE A LA PAR DE LA NOTICIA SE APRUEBA LA MODIFICACIÓN EN LAS ORDENANZAS DE LOS LUGARES DE APARCAMIENTO EXTRAORDINARIO EN FIESTAS CONCRETAS, ENTRE ELLAS LA SEMANA SANTA. UN ABRAZO

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