Foto de Javier Fergo |
Ángel Hortas, quien en 2006 atendió el encargo del obispo Juan del Río de crear una capilla musical para el primer templo de la ciudad, ha fusionado con ella el nuevo Coro Joven Diocesano, creado expresamente con motivo de la llegada de la Jornada Mundial de la Juventud. El pasado día de la Inmaculada en la Catedral este otro coro se estrenó, y ya lo hizo cantando con la capilla musical.
«Pero resulta que los dos eran muy parecidos», reconoce Hortas, que ya este pasado viernes dirigió a los fusionados en el primero de los ensayos con los que se pretende que empasten las voces para obtener que el centenar de trinos suenen como una sola. «Le planteé al obispo que no tenía sentido mantener los dos, que si dispersábamos los esfuerzos se rendiría menos», dice el director.
El primer ensayo esbozó el reto que ahora existe y que «focalizará menos en la Catedral un empeño que aspira a ser para toda la Diócesis». «Dará sus frutos de aquí a un tiempo, ahora me queda a mí el trabajo de educar la gran cantidad de voces nuevas que se incorporan», añade. Son 63 los nuevos miembros que, por la vía del fugaz Coro Joven Diocesano, vienen a ser subsumidos por la dinámica ya establecida en la Capilla Musical Catedralicia.
Medio centenar de voces tenía ya aquella primera formación, con la que se ha alcanzado el súmmum en las celebraciones litúrgicas solemnes de la Catedral jerezana. Por ello tocan, ahora, docencia en técnicas vocales, respiración y destrezas corales para que la incorporación ofrezca los resultados necesarios. Pero el director es optimista: «Hay una cosa muy buena y es que, como está el grupo base, sirve de inspiración; una persona que llega nueva y se coloca junto a otra que está ya cantando bien lo imita».
Concierto en el Reducto
No será la primera vez que Jerez disponga de un coro tan amplio: «Me dicen muchos que el Orfeón Jerezano llegó a tener 100 personas, en aquellos tiempos tuvimos esa coral y la Orquesta Sinfónica Jerezana, que queda en la memoria de cuantos la conocieron», recuerda. Eran los años ochenta y poco cuando aún interpretaba el Miserere cada Cuaresma pero ya entonces se formaba y disolvía solo y exclusivamente para ese acto.
Por ello es todo un acontecimiento esta formación que ya tiene un primera cita: el sábado 8 de abril cantarán en el Reducto de la Catedral. Será como culminación de los actos que se preparan con motivo de la beatificación de Juan Pablo II. «En la cantidad no va la calidad», advierte sin embargo Ángel Hortas que ya piensa en el trabajo que tiene por delante aunque convencido de conseguir que «las cien personas sean como una sola voz cantando». Ese día podrá apreciarse.
(La Voz, 7-Febrero-2011)
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