sábado, 1 de enero de 2011

Vida nueva

Descansa en paz
Feliz 2011 para todos. Es año nuevo y os deseo esa vida nueva que pregona el dicho. Qué sea esa novedad en vuestras existencias que os ayude a ser mejores, a tener más o a ser, al menos, distintos... qué sea aquello que os procure 365 días más felices que los que acabáis de dejar atrás sólo a vosotros os concierne calibrarlo.
Para gustos los colores. Cada cuál habréis cifrado en algún logro aquello que dé mejor sabor a las próximas uvas de Nochevieja del que hayan tenido las de anoche. Yo ya sé que, difícilmente, será peor el año que hoy comenzamos a ese 2010 tan catastrófico. Por eso no pido nada. En absoluto. El Señor sabrá mejorarlo desde hoy. Seguro.
Mi padre ya no está. O al menos eso me dice el dolor de corazón que siento. Falleció en la mañana del martes. Y velamos sus restos mortales hasta que, al día siguiente, le ofrecimos una celebración de la Eucaristía ante la Virgen de la Merced tan querida por él, incineramos su cuerpo y depositamos sus cenizas en el columbario de San Juan de Letrán.
No sé siquiera como me encuentro cuando, unos días después, puedo estar más sereno. Con ese tono más reflexivo he comenzado el nuevo año. En medio del silencio que se me permite cerca y que busco con ansias procuro aclarar mis ideas, sentir de modo distinto este inesperado acontecimiento, vivir con lo que ya es inevitable.
Y es así como he comenzado a reencontrarme con mi padre. Lo presiento cerca. Está conmigo. Lo noto junto a mi realidad parada de bruces del vertiginoso ritmo laboral que abracé en medio de la crisis y con la mirada puesta en disponer de todo lo mejor para mi familia. Ahora parece que hubiera recibido un toque de atención.
Es raro. De él heredé el carácter trabajador que me ha permitido hasta el momento tirar hacia adelante. De él parece, ahora, que viniera ese freno echado con brusquedad. Él sabe que continuaré con ese ritmo de vida. La familia, valor mamado en casa y trasladado a la mía junto a Tere, me lo reclama en estos momentos.
Hoy he amanecido y me he atrevido a escribir de nuevo en el blog. Año nuevo. Hoy me he levantado extraño y reinicio la aventura de poner negro sobre blanco cuanto siento. Vida nueva. Aprendo ya a sentir conmigo a Juan, mi padre, sin necesidad de verlo. Y, sorprendentemente, comienzo a sentirme mejor... de algún modo.
Es él el que goza de la vida nueva. Pero yo procuro, con él, renovar la mía en la gratitud que siento por cuanto hizo por nosotros -mi madre, mis hermanos, sus nietos, cuantos le rodearon en vida...-. Soy yo quien aprecio una comunicación distinta con quien me enseñó las virtudes de la fe cristiana, la familia o el trabajo.
FELIZ AÑO NUEVO A TODOS. Es un deseo para 2011. FELIZ VIDA NUEVA PARA MI PADRE. Es una certeza esto otro que, por la gracia de Dios, también comienza a renovar la mía y espero que igualmente la de los míos. Os deseo todo lo mejor al comenzar 2011. No perded un sólo segundo en vivirlo con vuestros seres queridos. Nunca se sabe...

2 comentarios:

  1. Lo siento mucho. Yo sé lo que es ese dolor perenne. Perder una madre y perder a mi única hermana. Pero sólo los que somos cristianos sabemos que no se van. Cómo se van a ir.
    Pero no busques nunca a tu padre ni en criptas ni en cementerios. Craso error, ahí no están. Búscalos dentro de ti y en todo lo que han dejado, que por mucho que digan, el tiempo ni cura ni borra. Y Dios nos libre de que les olvidemos. Un saludo.

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  2. Lo siento muchísimo. Se lo que es perder a un ser querido. Mantenlo vivo siempre en tu corazón y eso te ayudará a soportar el dolor permanente que supone no tenerlo a tu lado. Estará contigo siempre, dentro de ti y no dudes que te protegerá.

    Mis mejores deseos para el nuevo año. Piensa siempre que lo mejor está por llegar...

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