Foto de Javier Fergo |
Se había decidido, días atrás en el Ayuntamiento, que una de sus características obras, uno de los singulares caballos que han marcado su trayectoria artística, anunciará la próxima Feria del Caballo. Y la determinación no pudo adoptarse más cerca del óbito que pone fin a uno de los mejores exponentes de la pintura jerezana de los últimos tiempos. «Dios quiso que Paco fuera un artista admirado», llegaría a decir en su homilía el sacerdote que ofició estas exequias, José Luis Repetto Betes.
Se hicieron presentes la alcaldesa Pilar Sánchez y miembros de la corporación municipal como Dolores Barroso o José Manuel Jiménez; otros políticos como Pedro Pacheco o Aurelio Romero, personas vinculadas a la vida cultural como el académico Francisco Fernández García-Figueras y a la vida artística como el guitarrista Francisco Cepero así como el presidente de la Unión de Hermandades Manuel Muñoz Natera que se quedó con las ganas de que una obra suya ilustrara el cartel de la Semana Santa.
Sin ausencias reseñables, el acto religioso dispuso, ante el féretro del pintor finado, de elementos tan llamativos como unas palabras del sacerdote cargadas de cariño para él y toda su familia, del acompañamiento al órgano y canto de Ángel Hortas y de las palabras de agradecimientos de sus hijas María José y Yolanda justo antes de que el amigo de Paco Toro y también artista Pepé Plata leyera un poema recién enviado por Manuel Ríos Ruiz. Todo destiló la originalidad y el cierto vitalismo del recordado pintor.
«Yo quería personalmente muchísimo a Paco», apuntó a la salida la alcaldesa que lo recordó como «una gran persona que llevó el nombre de Jerez hasta lo más grande». No olvidó su orgullo por haberle dedicado el cartel de la Feria de 2011 así como, aún reconociendo la «pérdida irreparable», subrayó que «ya está en la historia de la ciudad para siempre». En similares términos se pronunció Cepero: «Se va un gran amigo y se va un gran artista, esto es ley de vida y ya nos reuniremos con él en el cielo».
Plata, quien tras la lectura del poema de Ríos Ruiz desveló algún ejemplo de cómo fue su relación con él, señaló que «se acaban 40 años de amistad discutiendo de pintura». Añadió que «ha sido un dibujante extraordinario que lo que pensaba lo creaba y lo trasladaba a una gran obra». El tono controvertido con el que abordaba su visión de las cosas fue mostrado también por su amigo: «Discutía el arte, discutía el flamenco, discutía de todo porque de todo sabía».
El gobierno local, que ha expresado institucionalmente su pesar por tan importante pérdida, ha recordado que, quien firmará el cartel de la Feria del Caballo 2011 a título póstumo, ya se hizo acreedor del Premio Ciudad de Jerez 2007 a la Creación. Gran discípulo de su padre, el también pintor Fernando Toro, tiene obras repartidas por los cinco continentes en colecciones tanto públicas como privadas.
(La Voz, 30-Enero-2011)
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