domingo, 2 de enero de 2011

Mártires coptos en Alejandría



Otra vez. Los cristianos perseguidos de nuevo. ¿Debo pensar que la acción atribuida a Al Qaeda es una maniobra contra la opresión del ejército norteamericano en el enésimo país ocupado por la superpotencia? Me da en la nariz que no, y son 21 los muertos y 79 los heridos a las puertas de un templo copto de Alejandría hace unas horas.
Se trata del peor ataque que sufre la comunidad cristiana egipcia —aunque entre los muertos y heridos hay una decena de musulmanes—, y uno de los más graves en la reciente historia del país, escenario de sangrientos atentados perpetrados por integristas islámicos. Es el suma y sigue de una intolerancia manchada de sangre.
Aún se mantendrá algún 'chirlache' en su tontorrona creencia de que los cristianos observamos el espíritu de los cruzados y que, por tanto, somos el mismo satanás en un mundo que mejor no crea en nada. Laicismo pues para un mundo que de creer algo mejor en una fe más... 'moderna'. ¿El Islam, este Islam del que se avergonzaría hasta Mahoma?
Aún habrá quien crea que la alianza de las civilizaciones consiste en volver la cara ahora. Por ello, como no cabe esperar denuncias de los padres de este nueva sociedad que ellos mismo creen descreída, las aguardo entre los propios musulmanes. ¿Qué tal si, por quedarnos en Jerez, es Ibrahim Elilo, el imán de la mezquita de Puertas del Sur quien las eleva?
Vuelvo a recordarlo: un día me descalcé para entrar en ese templo musulmán jerezano. Fue el pasado verano y lo hice con respeto a un credo que si se queda callado ahora habrá mancillado el respeto con el que yo mismo me adentré en la realidad de un monoteísmo a punto entonces de comenzar el tiempo fuerte de Ramadán. Me quedo esperando.


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