domingo, 24 de octubre de 2010

Torresoto viste con chilaba

La plaza Hermana María Dolores no pudo lucir ayer la jaima prevista para ello pero los vecinos del barrio sí que lucieron las galas magrebíes con motivo de su anual convivencia de estrechamiento de lazos con los residentes de otras nacionalidades. El III Encuentro Multicultural de Torresoto buscó, bajo techo por el temor a la posible lluvia, la mejor integración de ese 8% que, según dice el padrón, tiene la zona de personas procedentes de países como Senegal, Marruecos, Colombia o Rusia.
Este popular vecindario jerezano, ubicado en el sur más añejo de Jerez, tiene, desde hace tiempo, la ventaja de su sencillez como acicate para inmigrantes de diversas procedencias que, recién llegados a España muchos de ellos, luego pueden promocionarse, si las cosas les van bien, a otras viviendas mejores de la ciudad. Pero difícilmente, se queden o de marchen, olvidarán la acogida que Torresoto les dispensa por medio de esta anual reunión que organiza la asociación vecinal Creando Futuro.
Antonio Brenes, presidente del colectivo, explica que «normalmente es un encuentro multicultural pero este año, en atención de la población marroquí que es muy grande en la zona y para cambiar la tónica, comenzamos con ellos un recorrido, país a país, para que el elegido sea conocido más profundamente». Tratan de evitar que todos los encuentros sean iguales. Por ello la dedicación a la comunidad marroquí, se trata de la de mayor presencia en Jerez y cerca, en Puertas del Sur, tienen su mezquita.
Y, sin embargo, el inicio ahora de las monografías al respecto no es óbice para poder referir una historia que, aun reciente, deja atrás otros encuentros que «fueron un éxito tanto en número de personas que vinieron como de contenidos de la programación», añade el también vecino de Torresoto y miembro de la asociación Alejandro Cano. La de este año contuvo lo que denomina «un clima muy marroquí». Por ello se dieron la mano las papas aliñás, la tortilla o los riñones al jerez con los pinchitos o el cuscús.
Pases de modelos y tatuajes
El resto lo pusieron, junto a una gastronomía que hasta en los platos jerezanos cuidó que los animales hubieran sido sacrificados según el rito coránico, un pase de modelos, un taller de henna (tatuajes temporales) y la música que conseguiría mezclar aires andaluces y alahuitas. Las colaboraciones de asociaciones como Jóvenes hacia el Futuro, de Estancia Barrera; las de mujeres de esta otras barriada, del Parque Atlántico o San Ginés; el coro de La Plata o la asociación de vecinos del Parque Atlántico vienen contribuyendo desde el inicio con aportaciones oriundas.
El Centro de Acogida de Inmigrantes (Ceaín) o la Asociación de Latinoamericanos en Andalucía (AILA), «que el año pasado vinieron a hacer bailes típicos con sus trajes regionales», también coadyuvan en la orientación, difusión y aporte de algo de cuanto viene a necesitar una convocatoria de estas características. Y, en medio de ello, resalta el papel de Moustafá Rabouli, referente de la comunidad marroquí en Jerez.
La población procedente del país norteafricano es, con todo, la de presencia más inestable en la zona. El progreso de sus negocios les invitan a pasar de las casas populares de Torresoto a sus primeros pisos en la ciudad. Pero para los vecinos es «una buena noticia gracias a Dios y a las oportunidades que existen para ellos en España». Fruto de ello, no son pocos los que terminan adquiriendo nuevas viviendas en barrios cercanos como Santo Tomás de Aquino o Puertas del Sol.
(La Voz, 24-Octubre-2010)

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