
Meses y más meses, desde 2008 creo, escuchando nombres de compañeros y compañeras que se iban a la calle, con o sin familia, con o sin puerta a la que llamar, ya me tenían las carnes abiertas. No hay medio en Jerez, salvo Cope y poco más, del que no haya salido alguien fruto de la situación. Meses y más meses que he sufrido en mis propias carnes con supresión de colaboraciones que también me ponen "a las patas de los caballos". Que le vamos a hacer.
Pero ayer vino un compañero y me preguntó por Cáritas y por la necesidad de que le echen un cable en una factura. Un periodista bueno, un buen periodista. Vino a verme, me miró y me estrechó la mano. No hizo falta nada más para comprender que había problemas serios. Y me lo iba a callar. Pero creo que es bueno que vayan sabiendo que hasta ahí llega una crisis que asfixia inexorablemente, junto a tantas otras, a una profesión que llevo tiempo desaconsejándole a mis hijos.
El problema es... ¿cuál les aconsejo?
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