lunes, 8 de marzo de 2010

A cuatro días de bendecir la Capilla del Consuelo


Llueve sobre Jerez, y ello hastía en la ribera del Guadalete y también en la orilla del corazón cofrade que presume negros presagios para los días grandes. Llueve en cada barrio de nuestro casco urbano y, entre ellos, en de El Pelirón, donde una capillita parece crecer más por espontáneo florecimiento a fuerza de tanta humedad que porque toda el agua caída invite a pensar en la posibilidad de ingeniería alguna. Y llueve, además, sobre mojado, especialmente en el caso de un empeño a punto del milagro, del resuello sobrevenido pese al corazón en la boca y aunque los vaticinios, más los externos que los internos pese a todo, han temido por el logro.
Crecieron los muros hasta donde era preciso para que el Stabat Mater de cada Miércoles Santo cupiera en el nuevo templo. Cubrieron el cielo abierto aquello tan práctico que las novedades constructoras llamar 'techo sandwich'. Se enfoscó la fachada mal que le pese a la pertinaz lluvia y el gris del cemento dibujó puerta, ojo de buey y cornisa. La perlita echa humedad en el interior del mismo modo que sudan tanto albañiles como miembros de la junta de gobierno. Es tiempo de cables que trazarán ya mismo la procesión de la corriente eléctrica por sus paredes para hacer estación en los puntos de luz establecidos. Se alcanza, en suma, la mayor parte del milagro.
Quedan, señoras y señores, cuatro días para una bendición con fecha fija en las agendas cofrades y posterior traslado de las imágenes que detiene, entretiene, ocupa y preocupa en una Hermandad del Consuelo que ya ha hecho de El Pelirón su casa desde hace semanas y que, ahora, busca cumplir el sueño que buscar soñar nuestro 'Carrera Oficial' cuaresmal en su tercera entrega de estas vísperas 'semanasanteras'. Cuatro días de fatiguitas de muerte. Cuatro días de soponcios y suspiros. Cuatro días, y eso es lo más importante, de hombros unidos bajo las trabajaderas del imposible revestido, día a día, del hábito de lo real, lo materializado pese a todo.
En efecto, señoras y señores, si ya nos detuvimos, en el primero de estos programas de luz y taquígrafos, en la reapertura de San Dionisio, este tercero apunta al contrapunto de una novedad con sabor a liturgia popular, a puertas abiertas porque no haya vecino que no se sienta concernido o porque, sencillamente, no se quepa en el interior de la capilla. Tiempo de alegrías y sofocos, de sufrimiento y gozo, de pasión y vida, de cruz y resurrección. Todo ello rodea a la capillita de la Ronda del Pelirón. Como la misma Semana Santa, como el sentido de una celebración en la que no han faltado ni apóstoles ni cireneos pero tampoco faltaron feos sayones.
Con todos se hace nuestra Semana Mayor. Con todos se eleva, gracias a Dios, la Capilla del Consuelo. Hoy les invitamos a pasar en vísperas de la inauguración. Procuren no tropezar con los andamios que quedan y... sean bienvenidos todos.
(COPE, editorial en 'Carrera Oficial', 08-03-10)

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