miércoles, 4 de noviembre de 2009

Pinta Bastos


Viene de frente el Señor del Prendimiento, al que la imaginación del artista le ha puesto rostro de gitano de la calle Cantarería. Por encima del hombro derecho le asoma el Señor de la Vía-Crucis, éste sin alegrías interpretativas y clavando la impronta del nazareno franciscano, y por el izquierdo la Virgen de la Soledad, ésa que tan sóla se ha quedado precisamente en La Victoria tras la partida hacia la Catedral del Sagrado Descendimiento. Dos escenas multitudinarias escoltan esta triada devocional jerezana sobre el lienzo de Pepe Bastos: de un lado, la recogida del Cristo de la Viga encendido el entorno del rojo de las bengalas y, del otro, la salida en la tarde luminosa del Viernes Santo del Cristo de la Expiración. Un candelabro de guardabrisas, dorado viejo y codales rojos guarda la esquina inferior izquierda. Y el factor humano de nuestra Semana Santa, los penitentes, la inferior derecha. Allí la cara y la cruz de la Madrugada Santa: el cortejo del Silencio Blanco, única hermandad las Cinco Llagas que suma hasta dos de los detalles del cartel de la próxima celebración pasionista, y, más en primer plano y ofreciendo su antifaz verde como elemento cromático más llamativo del conjunto, una de La Yedra que, con la cruz a cuestas: mira al cielo. "Buscando a Cristo y a María", diría el obispo Mazuelos en una de las frases más atinadas de las pronunciadas el pasado viernes en la presentación de este cuadro que habrá de convertirse en cartel oficial.
Lo cierto es que pronto estará en la calle haciendo de las copias en 'couché' la bandera de la edición 2010 de la Semana Mayor. Pero ya es objeto de análisis. Y el mío, que es lo que procede cuando el comienza de nuestro 'Carrera Oficial' reclama que me moje, es que difícilmente puede el autor mejorar el divino rostro que La Roldana -o quien fuera- diera al Señor del Prendimiento, por buena que fuera la intención de agitanarlo. Y es opinión mía, también, que los carteles que intentan convencer por adición -de amontonamiento de motivos hablo y no de drogas- brindan sus carencias desde el momento en el que se quiere que no falten elementos que convenzan, quizá entendiendo que alguna fallará en el empeño del gusto generalizado. Es pensamiento propio, igualmente, que si de que no falten imágenes se tratase, bastaría con una sóla de Jesús que presida y una sóla de María Santísima si se tercia. Y a lo mejor bastaba con una sóla de ambiente multitudinario en la calle. O un sólo penitente, y el de La Yedra es verdaderamente bueno. Lástima si, al final, la reproducción hiciera de su antifaz una mancha verde enmedio de los más sobrios colores restantes. No es fácil hacer un cartel. Menos aún, probablemente, de Semana Santa. Para gustos, colores. No hay otra. Por ello yo apunto el resultado de mi curioseo por un cuadro que ya quisiera yo para encima de mi chimenea. Y sé que, quisquilloso como me muestro ahora, no me ganaré que el artista me regale uno. Pintan Bastos, pues.
(COPE editorial de 'Carrera Oficial', 04-11-09)

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