Desde aquellos gozos por el éxito notorio registrado en el estreno del año pasado, el Curso de Formación Litúrgica coorganizado por el Consejo Local de Hermandades y Cofradías y el Instituto Superior de Ciencias Religiosas Asidonense (ISCRA) comenzó ayer la segunda edición constatando que, por lo que se refiere al menos a la inscripción, «de la misa, la mitad».
El liturgista Ángel Pérez del Yelmo exponía el tema 'La liturgia como expresión de la fe', primero de los dos propuestos en la primera sesión, ante apenas treinta y cinco personas. Y ello es imputable a un corto compromiso de las hermandades, pero también del propio Consejo del que un solitario miembro, Francisco Toro, se hacía presente en el Auditorio Juan Pablo II, del Obispado.
Hablaba el primer ponente del ciclo de aquello que es liturgia y lo que no, de lo que es un verdadero cofrade y un mero capillita («un ateo dentro de una hermandad»), de ciertas formas pasajeras y de un fondo que permanece, del culto como el ofrecimiento de la vida de Cristo «y no un conjunto de palabritas».
El sacerdote Ángel Pérez del Yelmo aludió, de otro lado, a la misa como algo «de la Iglesia y en la Iglesia» y también se refirió a aquellos que se conforman con prácticas piadosas posibles sin salir de casa. Y concluiría en que «no es un entramado de actos litúrgicos sino la expresión de la vida de la Iglesia». Así llegaría a la presentación de los sacramentos y otros detalles.
El turno de preguntas se centró en cuestiones sobre la reforma de la liturgia que se propone Roma y que, en cualquier caso, el ponente reconocería, utilizando el termino de la persona que formuló la pregunta, como «involución necesaria, como en todos los órdenes de la vida una vez se ha avanzado demasiado debilitando aspectos que son sustanciales».
'La religiosidad popular, manifestación de la riqueza litúrgica', título de la segunda parte de la sesión inaugural celebrada ayer en el Obispado, fue expuesta por el también sacerdote Enrique Soler Gil. Como el anterior, ya fue profesor del Curso de Liturgia del año pasado y, en esta ocasión, abundó en una perspectiva que conoce desde su conocimiento de presbítero y su condición también cofrade.
Para el próximo sábado día 28 de noviembre se contempla, en la que será segunda de las cuatro sesiones previstas en el programa de este II Curso de Formación Litúrgica para Hermandades y Cofradías, temas como 'Las plegarias eucarísticas, eco de la vida' y 'El lugar del canto y la música en la liturgia'.
Las otras dos sesiones posteriores, la tercera y la cuarta, salvarán, en el almanaque, el puente de la Inmaculada para celebrarse los días 12 y 19 de diciembre.
El liturgista Ángel Pérez del Yelmo exponía el tema 'La liturgia como expresión de la fe', primero de los dos propuestos en la primera sesión, ante apenas treinta y cinco personas. Y ello es imputable a un corto compromiso de las hermandades, pero también del propio Consejo del que un solitario miembro, Francisco Toro, se hacía presente en el Auditorio Juan Pablo II, del Obispado.
Hablaba el primer ponente del ciclo de aquello que es liturgia y lo que no, de lo que es un verdadero cofrade y un mero capillita («un ateo dentro de una hermandad»), de ciertas formas pasajeras y de un fondo que permanece, del culto como el ofrecimiento de la vida de Cristo «y no un conjunto de palabritas».
El sacerdote Ángel Pérez del Yelmo aludió, de otro lado, a la misa como algo «de la Iglesia y en la Iglesia» y también se refirió a aquellos que se conforman con prácticas piadosas posibles sin salir de casa. Y concluiría en que «no es un entramado de actos litúrgicos sino la expresión de la vida de la Iglesia». Así llegaría a la presentación de los sacramentos y otros detalles.
El turno de preguntas se centró en cuestiones sobre la reforma de la liturgia que se propone Roma y que, en cualquier caso, el ponente reconocería, utilizando el termino de la persona que formuló la pregunta, como «involución necesaria, como en todos los órdenes de la vida una vez se ha avanzado demasiado debilitando aspectos que son sustanciales».
'La religiosidad popular, manifestación de la riqueza litúrgica', título de la segunda parte de la sesión inaugural celebrada ayer en el Obispado, fue expuesta por el también sacerdote Enrique Soler Gil. Como el anterior, ya fue profesor del Curso de Liturgia del año pasado y, en esta ocasión, abundó en una perspectiva que conoce desde su conocimiento de presbítero y su condición también cofrade.
Para el próximo sábado día 28 de noviembre se contempla, en la que será segunda de las cuatro sesiones previstas en el programa de este II Curso de Formación Litúrgica para Hermandades y Cofradías, temas como 'Las plegarias eucarísticas, eco de la vida' y 'El lugar del canto y la música en la liturgia'.
Las otras dos sesiones posteriores, la tercera y la cuarta, salvarán, en el almanaque, el puente de la Inmaculada para celebrarse los días 12 y 19 de diciembre.
(La Voz, 22-11-09)
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