lunes, 2 de noviembre de 2009

Del Sábado Santo 'ni mu'


No es reproche al obispo, para el que ni siquiera hay tema. Bueno, en el fondo, ni siquiera es un reproche. Me resulta curioso, más bien, que nadie elevara ayer la voz, cuando se insistía en que se formularan las preguntas que fuera menester. De hecho, me da la impresión, cabía en la mente del pastor y/o del delegado que, si acaso espontánea y cándidamente, alguien se atreviera a preguntar por el Sábado Santo.
«¿Qué hay de lo mío?» podía pensarse en boca de los dirigentes de la Piedad, cofradía que sueña -algo que es lógico desde sus problemas del Viernes Santo- en la posibilidad de marras. O... «¿ha pensado usted en seguir los pasos de don Antonio (por el obispo de la diócesis vecina)?» era admisible formulada, quizá, por el presidente de la cosa cofrade. O... «¿qué le parece lo de Cádiz, don José?», con despistada apariencia aunque bien dirigida intención.
Nos vendría la mar de bien, no obstante, la mayor de las prudencias llegados a este caso. Nos vendría bien, especialmente ahora, no jugar a los pasitos imaginados a nuestro gusto o antojo. Sino prestar oídos a las hermandades que pudieran desear el pase al que fuera nuevo día procesional y, sobre todo, no dejar de escuchar a las que no lo quieran y, por ende, no deban ser obligadas para que no nos joroben el sueño. La ingeniería cofrade es, sin embargo, particularmente puñetera.
Ya tenemos jueguecito nuevo con el que echar tardes de debate o noches de una ausencia en los actos de hermandad que resulta convalidada alegremente por el ejercicio de interés supuesto por nuestra Semana Santa. Los ingenieros, que haberlos haylos, han comenzado ya su trabajo de composición de una jornada procesional acorde al resto de los días. Y ello sin esperar siquiera a que el obispo -él de Jerez, claro- diga aún esta boca es mía.
¡Ay Señor! ¡Que Dios nos coja confesados! ¡Asoma la ilusión de una novedad aún inexistente, el debate de las posiciones encontradas, las propuestas imaginativas o las imposiciones inesperadas, que de todo habrá en la viña del Señor, al respecto de un nuevo día procesional al que, ya lo verán todos ustedes, una minoría se ocupará de dar forma ante los ojos atónitos de propios y extraños! ¡Y ello sin que ayer se dijera 'ni mu'! ¡Ay Señor...!

(La Voz, 01-11-09)

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