Conversaciones mercedarias I: Martín Gómez, capataz de la Patrona

Lleva ya veintiséis años ante pasos a su cargo, dirigiendo cuadrillas de hombres que lo admiran. El caso es que Martín Gómez, a sus cuarenta y séis años de edad, ha ofrecido tales demostraciones de su maestría que cansaría el relato de sus logros. Y, con todo, han sido los últimos seis años, aquellos que lleva en la responsabilidad de sacar a la Virgen de la Merced, los que han evidenciado su capacidad en mayor medida. Por ello es que cada uno de sus llamamientos para conformar una cuadrilla son, siempre, notorias exhibiciones de poder de convocatoria.
-¿Qué tal respuesta ha tenido este jueves la ‘igualá’ de la Patrona?
-La esperada. Nuestra Señora de la Merced es una imagen que cala en la devoción de la gente y se nota en la nómina de costaleros que actualmente posee la Señora.
-Supongo que es un problema para el catapaz la capacidad de convocatoria de la Merced y que siempre habrá que rechazar a alguno ante la habitual avalancha de costaleros dispuestos. ¿O no?
-La verdad es que sí. La intención siempre ha sido que la mayor cantidad de personas puedan estar bajo sus plantas. De hecho, son tres la cuadrillas que conforman el listado de costaleros, pero sí, no es agradable para mí dejar fuera a nadie.
-¿Llegan a presentarse para igualar personas que habitualmente no se meten debajo de los pasos pero que en este caso hacen una excepción?
-Alguna sí, pero la gran mayoría son costaleros ya experimentados. Casi todas las hermandades de Jerez están también representadas en esta cuadrilla.
-¿Es un caramelito para un hombre de tu experiencia o también origina inquietudes?
-Es un privilegio y una responsabilidad muy grande ser capataz de la Patrona de nuestra ciudad.
-Era imprescindible el giro que hace unos años se dio al modo de presentar a la Virgen de la Merced en la calle. La cuadrilla humanizó su marcha por las calles del itinerario. ¿Qué balance haces ahora del trabajo que has realizado?
-La forma más directa para llegar al corazón de la gente es hacer las cosas con el corazón, y el costalero no sabe hacer su cometido si no es con el corazón. Luego, la labor de los Padres Mercedarios, con la inteción de acercar la Virgen a la gente, creo que es encomiable, así como los cambios en el recorrido que se hicieron en su día. El éxito de la procesión de hoy en día no es patrimonio exclusivo de los costaleros, del mundo de abajo. Debemos estar todos contentos con lo hecho hasta hoy, y seguir trabajando en lo que sea susceptible de mejora.
-¿Qué haces con estos hombres para que la devoción a la Virgen tenga también algo que ver, algo que dé sentido a su esfuerzo?
-Ponerlos frente a la Virgen. Cuando se la mira a la cara, o estás de verdad, o no estás. A veces adolecemos de hablar o hacer lo que verdaderamente sentimos por temor al que dirán, y sin embargo yo creo que cuando se le habla a la gente de la Virgen no hay que temer nada. Es tan sencillo como dejar que hable el corazón, así seguro que el costalero te entiende.
-Martín, ¿se tiene ya alguna certeza sobre si el próximo Lune Santo volverá ya el paso de Castillo Lastrucci restaurado? ¿Tendremos ya a la Sagrada Cena al completo de nuevo?
-Pues todos esperamos ver nuevamente al Señor de la Cena en su paso, significa mucho para todos los hermanos. El trabajo de restauración va a buen ritmo y si todo sigue igual así será.
-Borriquita, Prendimiento, Vía-crucos y Soledad también saben hoy en día de tu mano de capataz. Como en su día otros como las Tres Caídas o los dos de la Vera-Cruz. ¿Lo consideras un servicio obligado, un peaje que pagar por el prestigio que atesoras o, en el fondo, te va la marcha?
-Por supuesto que todo aquel que hace algo con una repercusión pública paga ese peaje al que aludes, pero eso va en el cargo. Yo le doy gracias a Dios y a su bendita Madre por dejarme ser la mano que los guía por las calles de Jerez. Eso no tiene precio.
-¿Habra sorpresas de cara a la próxima Semana Santa? ¿Algún cambio de martillo?
-Cuando me vayan confirmando en los distintos martillos que hasta hoy tengo el privilegio de llamar iremos saliendo de dudas.
-¿Qué nivel ves en el conjunto de capataces de nuestras cofradías en este momento?
-Bajo mi punto de vista, hay muchos capataces que hacen bien su trabajo. De hecho, en general los pasos en Jerez andan bien. Pero no podemos olvidar que ser capataz no es sólo hacer andar bien un paso; el capataz debe ser una persona que vaya de frente, que se preocupe por su gente, que sienta lo que hace. Como decía antes, debe hablar a la gente de verdad, debe ser de verdad, porque es la única forma de que la gente de abajo también sean y vayan de verdad.
-¿Y tú, personalmente, cómo te ves en este momento de tan dilatada trayectoria como llevas ya?
-Pues a mí me queda mucho por aprender, pero tengo la misma ilusión del que empieza. Estoy rodeado de mucha y buena gente y esto me hace aprender cada día más. Sólo espero y deseo estar siempre a la altura de todas y cada una de las hermandades que depositan su confianza en mí.
(La Voz, 30-08-09)