sábado, 3 de enero de 2015

Cierran Adeli y Maypa

Primero el Adeli y ahora el Maypa. Décadas y décadas de tradicional hostelería jerezana echan el cerrojo con la llegada de 2015. Aún no había cerrado la boca de la sorpresa primera cuando la segunda me dejaba cavilando. Como no hay dos sin tres, y aunque no he podido confirmar que la única razón sea ésa, me topo con una explicación a la altura de semejante coincidencia: el nuevo año acaba con las rentas antiguas y locales que acogieron de siempre un determinado establecimiento con cuya existencia hemos crecido se ven obligados a dar por finalizada la actividad por ver dificultada su rentabilidad.

Son el emblemático bar de la Cruz Vieja y ése otro que, esquina entre Consistorio y Latorre, ha sido hasta el momento referencia para el cafelito de la plantilla municipal o de cuantos vamos y venimos durante todo el día el principal emplazamiento del Ayuntamiento. Que la Ley de Arrendamientos Urbanos haga poco rentables negocios tan consolidados sorprende. Asusta más bien en la convicción de la existencia de cuántos otros más modestos no hacían más que ir tirando y a saber ahora qué hacen. Los tiempos cambian en cualquier caso y ahora toca hacerse a los resultados de la mencionada aplicación legislativa.

Fui 'desayunador' habitual de Maypa en aquellos tiempos en los que la vecindad con la primitiva sede de Radio Popular favorecía la convivencia con el sitial del afamado tortillón. Ahora habrá que ir a probarlo al Parque Empresarial, al restaurante que hace unos años abrieron los Alzola quizá previsores de lo que habría de llegarle al histórico local del barrio de San Miguel. Y el Adeli siempre estaba a tiro para el cafelito entre rueda de prensa y rueda de prensa o para sacudir el aturdimiento generado por uno de esos plenos jartibles a los que nos someten a menudo los señores capitulares de nuestra corporación municipal.

Ahora son historia y, dadas las circunstancias, los que los hemos conocido en plena actividad comenzamos a adquirir la vitola de 'abuelo cebolleta' prestos a contar nuestras mil batallas junto al mostrador. Año nuevo vida nueva. Y en esto de los bares habremos de canturrear aquello de Gabinete Caligari dejando pasar mil recuerdos que, mientras tanto, nos llegan cargados de preguntas sobre aquellos otros negocios de toda la vida que uno adivina pueden verse sometidos a similar final. Y comienzan a rondarme los nombres de muchos de ellos. No los mencionaré por acaso pero... al tiempo!

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