Foto de Eva Lindberg |
Las carreras, en su décimo novena edición, se desarrollaron ayer desplegando, en un circuito que supo transformar la fértil tierra guadalcacileña en un espectacular trazado para la velocidad, toda la capacidad de crear espectáculo a la que las convocatorias de años anteriores ya venían acostumbrando. Un recorrido de un kilómetros acogió maniobras que se acercaron mucho, por momentos, a los 100 kilómetros por hora.
Diez fueron los tractores participantes que, con hijos de la pedanía al volante, se jugaban los cuartos de una prueba, el Campeonato Andaluz de Tractores, que repartía este año 5.000 euros en premios. Para ello, debían ser los mejores tras diez vueltas sobra una pista de tierra a la que la tromba de agua caída el día anterior sobre Jerez y la zona convirtió en un barrizal que hizo las delicias de los casi 10.000 espectadores que acudieron a la cita.
La mañana fue asistiendo al paulatino descubrimiento del circuito ubicado entre la N-349 y el propio caserío guadalcacileño por parte de numerosas personas que no quisieron perderse tan singular acontecimiento deportivo. Abierto el pit line, 30 minutos de entrenamientos libres y, más tarde, dos vueltas de lanzamiento y una cronometrada se convertirían en matutino aperitivo antes de la llegada de la competición vespertina.
Dos semifinales y la gran final darían por concluido un espectáculo en el que, más allá de la propia clasificación, los resultados más apetecibles para Guadalcacín, que esta noche concluye la feria en cuyo programa insertan las carreras, son los de una capacidad de atracción actual asentada en un elemento de siempre: el tractor.
(La Voz, 4-Septiembre-2011)
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