domingo, 16 de mayo de 2010

De puntillas


Unos días de no colgar entradas, apenas tres a decir verdad y no por otra cosa que los quehaceres laborales, me presentan de puntillas sobre últimos acontecimientos al respecto de los cuáles observo que tampoco hay demasiado aprovechable en la blogosfera... 'colorá'. De puntillas, pues, cuando se desata el llanto desconsolado de la calle que era ello, y no otra cosa, lo que lamentaba yo en este mismo blog el Primero de Mayo.
Zapatero, quien no se quiso poner de pie ante la bandera norteamericana en aquel desfile que todos recordarán, se pone ahora de rodillas ante las peticiones de Obama y los jerifaltes europeos. Y su tijera, creo, no es la barbaridad que ahora más se critica. Lo peor es, sin duda, haber tardado en darse cuenta de ello, negar lo evidente cuando se estaba a tiempo de hacer algo a comienzos de la crisis y hacer la tarea el último día.
El empacho de tanto estudio en una misma noche, la de la víspera del exámen. Eso es lo que ahora observo para desgracia de un país que bien pudo ir asimilando los recortes de manera paulatina sin haber llegado a esta tragantera de medidas que no provoca sino vientre suelto a quienes ven que los abuelos lo notan en las pensiones, que los que esperaban prejubilaciones se pueden quedar sin ellas, que los futuras madres y los funcionarios...
Qué rabia me da, por otra parte, que si ahora hubiera reacción sindical -insisto, ¿dónde han estado hasta ahora?- pueda ser más en defensa de la parte menos débil de entre los afectados: el funcionariado. Y qué tibieza más grande la de Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo a la salida de la reunión en La Moncloa. ¿Creían que bastaba a los más afectados por los recortes con ofrecer, en la comparecencia posterior, ese rictus facial?
A la vista está que no sólo he pasado de puntillas yo, retrasando unos días esta entrada o los amigos de la crítica selectiva -de conveniencia- en la blogosfera. También aquella aparición de los líderes de UGT y CCOO los ofrecía de puntillas. ¡Qué triste!

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo contigo, te remito a mi blog, amigo. Lo he llamado desahogo, pero creo que me he quedado corta.

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