Pensamientos de domingo

Cinco de la tarde. Domingo, al fin, con un solecito más que agradable. Un pensamiento para El Rocío, donde debí estar entre amigos en la presencia de la Hermandad de Jerez en la aldea aunque algún compromiso familiar me dejó en la ciudad. Los niños ven 'El espantatiburones' en la tele. Ya ahora, y mientras la animación ambientada en fondos marinos con vida inusitadamente humanizada y voces con sello propio avanza entretenida, mi atención se centra en La Romareda.
Escribo en mi blog con el propósito de contarles sensaciones dominicales desde la serenidad que no he tenido durante toda la semana que ha sido de taller y aseguradora y médicos... Ahora, al aguardo de la semana del Patrón San Francisco de Sales aunque en el descanso profesional que hoy me merezco y tras alguna nota de la Delegación Diocesana de Medios que sin embargo he despachado hace un rato, busco acogida en la escritura. Calor y refugio en los pensamientos.
Son pensamientos de domingo, un día en el que -como he comenzado a poner negro sobre blanco en esta entrada- existir desde la falta de previsión, desde la ausencia de planeamiento, desde la escasez de obligaciones, desde la tranquilidad familiar, desde la mirada perdida por la ventana y la degustación de la vida, sin prisas ni apuntes en la agenda. Tardecita grata en la que los tiburones de los 'dibus' se bajan del burro enmedio de un sorprendente ataque de gambas. ¿?
El Zaragoza acaba de golpear el balón contra la madera de la portería de Renán pero he decidido que no voy a sofocarme por lo que pueda acontecer al Xerez (aunque esto creo decirlo con la boca pequeñita). Aquí parece que son los 'tiburones' maños, venidos a menos eso sí, los que no están dispuestos a que el azulino 'pez pequeñito' les muerda. Hablando de condumios... Llega la merienda. ¿Ustedes gustan?

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