miércoles, 20 de enero de 2010

No quiero que enseñen a mis hijos a masturbarse


No quiero que enseñen a mis hijos a masturbarse. Que me dejen acompañarles en su crecimiento físico, psíquico, emocional y espiritual y explicarles, llegados al caso y sin que nadie suplante el amor y la autoridad que es fruto de la responsabilidad paterna, que no es pecado tocarse, pero que el resultado de la exploración de su cuerpo no ha de conducir sino al reconocimiento de ese gran regalo de Dios, un tesoro dispuesto por y para la entrega a la causa mayor del amor sincero y con vocación de eternidad.
No quiero que indiquen a mis hijos supuestas 'normalidades sexuales' en parejas a la carta. Que me dejen sugerirles que todos somos dignos de respeto y del reconocimiento social adecuado, pero que el matrimonio y la familia es lo que es, que todo lo demás no es una opción sino aquello que queda, llegados al caso, cuando las circunstancias nos llevan a situaciones limitadas, tolerables más que deseables.
No quiero que alienten a mis hijos a mantener relaciones sexuales precoces, espontáneas, irreflexivas o promiscuas. Que me dejen explicarles que el preservativo no cura necesariamente de la irresponsabilidad, ni la píldora del día después hace otra cosa que cambiar las huellas de un posible embarazo por otros males físicos o psicológicos, ni el asesinato legalizado por medio del aborto es solución a los problemas suscitados desde la falta de conciencia.
Gracias, por tanto, a cuantos han suscrito, suscriben o suscribirán próximamente el Manifiesto por la Libertad de Educación, que se formula contra el capítulo educativo de la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Mi gratitud, en nuestra ciudad, para el Foro de Laicos Asidonia y para la platadorma Jerez Libre para Educar y, en toda España, para cuantos, cada vez más, abanderan tan ingrata lucha.
Ni todo puede estar ya dicho en materia de Educación para la Ciudadanía ni pueden ahora manipular las inmaduras mentes de nuestros hijos ni ningunear jamás la libertad de los padres. Que el ánimo, la libertad y la esperanza superen siempre toda tentación de dejación en manos de un Estado empeñado en rayar el totalitarismo.

zSHARE - Lectura del Manifiesto.mp3

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