jueves, 8 de enero de 2009

Publicidad con valores


Ante la tele, y llegada la inoportuna pausa para la publicidad, sólo tenemos dos alternativas. Sobre todo si nos encontramos en la tesitura de que el 'sillonball', deporte patrio de gran popularidad, nos ha dejado asidos a un sofá que, hace tiempo, le hizo el favor a nuestras posaderas de amoldar el cojín. El mobiliario también tiene sus trampas, que se creían, para conseguir que no nos cosquemos del lugar ocupado. Nunca lo olviden. ¿O son ustedes de los que niegan la evidencia de un sedentarismo convertido en plaga? ¿Que cuáles son las alternativas ante la impopular interrupción de la película o -peor aún- el reality que estábamos viendo? Pues, si se negaran por un casual a ir siquiera al servicio, no queda sino hacer zaping, eficacísimo instrumento para hacer la puñeta a los patrocinadores del programa de marras ignorando sus mensajes comerciales, o, que es la otra posibilidad que deben ustedes considerar, tragárselos sin anestesia -los spots, digo-. Al fin y al cabo pudieran no ser peores que el espacio interrumpido. En ésas andaba yo hace un par de días. Veía Los Simpson... Quizá ello les ayude a entender porqué hacer comedia, ahora, de algo tan cotidiano. Es ello lo que, aunque muchas veces difícil de entender porque apelan a cuestiones particularmente americanas, propone la conocida serie de animación de Matt Groening para la factoría Fox. ¿Qué quieren? También yo soy fan de la familia de Bart, como la publicidad aquella que seguramente hayan ya visto en la tele. Pero regresemos a ello precisamente, a la publicidad... La interrupción ante la que, finalmente, no me sedujo la idea de zapear puso ante mí a aquellos dos futbolistas que, junto a sus madres reales, me invitaban a comer las famosas natillas (Danet, creo que se llaman). Ya no está Ronaldinho. Del mismo modo que los culés ya no lo sufren en su plantilla, que el brasileño ya no es lo que fue. Sigue Messi. Y se ha incorporado -detalle nacional- David Villa. Y entre patadas al balón, cucharillas llenas del mencionado postre y miradas entrañables materno-filiales llegó el milagro. Ración de goles dedicados a mamá tras reconocer, pormenorizadamente, cuanto ellas hicieron por los craks hasta conseguir que fueran hombres de provecho. Ése el argumento. Ellas, las madres, les premiaban con dos natillas. Detrás, en un sorprendente no parar, Ausonia muestra a mujeres colocándose un pañuelo en la cabeza en solidaridad con la Asociación Española Contra el Cáncer y, luego, una pareja formada por un negro y una blanca anunciaban no sé qué en un detalle de multiculturalidad innecesario para el contenido comercial. Al final averiguo que los de las natillas fueron objeto de pública denuncia a cargo de Facua por publicidad engañosa (decían que dos postres eran el equivalente nutricional a un vaso de leche "cuando tienen el cuádruple de hidratos de carbono y casi el doble de calorías", apunta la organización de consumidores). Pero cuanta razón da el anuncio a quienes hacemos votos porque el mundo recupere los vínculos afectivos más primarios -y también los otros, claro- es detalle que, pese a todo, agradecemos. Si Messi y Villa aún necesitan a sus madres...

1 comentario:

  1. Buena observación, querido amigo. Tu y yo llevamos la comunicación en la sangre y hoy has tocado mi talón de Aquiles al tratar el tema de la publicidad.Como licenciada en publicidad, puedo hablarte que en la facultad aprendí a pensar como una publicista y en el trabajo -el actual- he aprendido a pensar como un consumidor (no me quedaba otra si es que quería vender algo). La mezcla de ambos pensamientos, querido amigo, lamento decirte que son en la mayoría de los casos INCOMPATIBLES. Es difícil tener a todos contentos, no puedes estar de parte "del bueno y del malo a la vez", jajaja! Pero déjame que te aclare una cosa, en el gremio de la publicidad hay de todo, como en el resto de profesiones. La publicidad no es la única que puede resultar "engañosa", vamos a quitarle ya la etiqueta a ella y hagamos infinitas copias para todo lo que resulta engañoso en esta vida, ¿no?. Yo, si me lo permites, seguiré atada a la ironía que me caracteriza porque estoy convencida de que los publicistas no subestimamos a las personas, los publicistas somos más éticos y morales que cualquier otro profesional sobre la tierra, tratamos de dar respuestas a necesidades e incluso creamos necesidades nuevas para el bienestar o mejora de la vida de las personas, tratamos de hacer las cosas más agradables, más divertidas, más buenas; nosotros no hacemos más que nuestro trabajo y ojalá todo el mundo se partiera la cabeza como nosotros los creativos para buscar buenas ideas por un mundo mejor. Te hablaré con más propiedad. Existe en nuestra sociedad lo que Trendwatching.com ha denominado como el "Trysumer" que nosotros en España traducimos como "el consumidor dispuesto a probar". Y ante unos públicos en la mayoría de los casos "tan fáciles", ¿no crees que las estrategias de marketing que se están utilizando por las empresas no son lo suficientemente "honradas"? Ya que citas el caso concreto de las Natillas, realmente, ¿crees que Messi y Villa son indispensables para que el mensaje llegue al receptor? elegir a un famoso o a dos, no es más que una estrategia de comunicación que indica la pasta que se ha gastado la marca para el posicionamiento de imagen en el mercado. Pero no olvidemos que el consumidor de natillas quiere comer natillas y busca un sabor y una satisfacción, y le importa tres quien las anuncie. Y el hecho de que las organizaciones de consumidores se pasen la vida buscando "presuntos engaños publicitarios" -ojo, que a veces los hay- te garantizo que si el producto satisface al consumidor, no va a dejar de consumirlo. Ahí tienes a Coca-Cola por ejemplo, cuántos comunicados a lo largo de los años se han emitido de organizaciones sanitarias hablando de los inconvenientes que tiene tomarla y ahí sigue, lider en el mercado.
    En fin, estos son temas para largos debates, pero antes de acabar déjame que te invite a una reflexión de colega a colega a favor de la publicidad: El panadero vende pan hasta que se le agota pero si vas a comprar cuando ya no le queda no puedes exigirle nada, la culpa fue tuya por no ir temprano a comprar. Un bombero apaga fuegos, pero si a pesar de todos sus esfuerzos no lo logra y mueres en el incendio nadie podrá decir que no intentó salvarte. Un abogado vende confianza y prestigio pero si pierde el caso nos parecerá el peor abogado del mundo, incluso hablaremos mal de él olvidando que quien tenía el problema éramos nosotros y que él sólo trató de ayudarnos. Un médico vende soluciones para la salud pero los médicos son personas, no dioses, y a veces simplemente nos llega nuestra hora y no pueden hacer nada por nosotros. Los periodistas venden noticias... Un ingeniero vende proyectos... En resumidas cuentas, TODOS VENDEMOS ALGO provocando determinados patrones de comportamiento en los consumidores y usuarios. Un publicista vende IDEAS y al llegar aquí te darás cuenta de que el mundo ha girado todo el tiempo entorno a ellas. ¿Qué hace realmente que esas ideas se conviertan en buenas o malas? Aquí, querido Gabriel, es donde todos deberíamos tener a nuestras madres cerca...
    Un abrazo

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