La Semana Santa es, decididamente, la celebración festiva de la ciudad que sale más a cuenta a nuestro querido Ayuntamiento jerezano. Y, con todo, si cogemos lápiz y papel y buscamos ajustar el coste que al municipio acarrea la Feria del Caballo podemos, pese a las cifras que nos salieran, entender razonable una inversión que, a la postre, tanto bien reporta pese a semejante y reconocible esfuerzo.
Podemos, por otra parte, fijarnos -inténtenlo, por favor- en lo que aquellas Fiestas de Otoño, que ahora llamamos de la Vendimia y que mañana tendrán el apelativo que Dios o las luces mandatarias quieran, dejan anualmente en el debe del Consistorio como gasto que, cómo no pensarlo así, está del todo justificado. Por supuesto que sí.
Cuáles sean, sin embargo, los dolores de cabeza que a los responsables de nuestra economía pública -con tanto trabajo, las criaturas, en época de vacas tan flacas- traiga nuestra querida Semana Santa queda, sin embargo, bastante más fácil de responder. El Ayuntamiento no pone al Taller de Fiestas a hacer pasos -no, por Dios- ni paga la cera de los cortejos ni la cuenta de mi túnica nueva a Ildefonso.
No debemos olvidar, sin embargo, que sin el gasto municipal correspondiente no tendremos carrozas para la Cabalgata de Reyes, que sin el dispendio consistorial tampoco nos cabe un Carnaval en el programa festivo jerezano o que sin luces en las calles cuya cuenta deba pagarse a Endesa parece que no hay Navidad que pueda ser reconocida como tal.
Nada de ello en el caso de las cofradías. Porque montar los palcos o poner en marcha la máquina que quita la cera, cuando todo ha terminado ya, es parca miseria para la millonada que la iniciativa privada -la de las cofradías, claro- saca a la calle esos días para que la admiración de visitantes y jerezanos dinamice la hostelería o, cuanto menos, anime las calles con un espectáculo tan maravilloso como gratuito.
Bueno, pues no se lo van a creer si les digo que ha existido, este año, un intento municipal de cobro del impuesto por la ocupación de la vía pública de las hermandades. Como lo leen. Alguien dirá, ahora, que no fue exactamente así. Mientras otros lo verán como mera maniobra para asustarnos. A mí, sencillamente, me parece de poquísima vergüenza. Aunque el agua, afortunadamente para ellos, no haya llegado a río.
(La Voz, 25-01-09)
Podemos, por otra parte, fijarnos -inténtenlo, por favor- en lo que aquellas Fiestas de Otoño, que ahora llamamos de la Vendimia y que mañana tendrán el apelativo que Dios o las luces mandatarias quieran, dejan anualmente en el debe del Consistorio como gasto que, cómo no pensarlo así, está del todo justificado. Por supuesto que sí.
Cuáles sean, sin embargo, los dolores de cabeza que a los responsables de nuestra economía pública -con tanto trabajo, las criaturas, en época de vacas tan flacas- traiga nuestra querida Semana Santa queda, sin embargo, bastante más fácil de responder. El Ayuntamiento no pone al Taller de Fiestas a hacer pasos -no, por Dios- ni paga la cera de los cortejos ni la cuenta de mi túnica nueva a Ildefonso.
No debemos olvidar, sin embargo, que sin el gasto municipal correspondiente no tendremos carrozas para la Cabalgata de Reyes, que sin el dispendio consistorial tampoco nos cabe un Carnaval en el programa festivo jerezano o que sin luces en las calles cuya cuenta deba pagarse a Endesa parece que no hay Navidad que pueda ser reconocida como tal.
Nada de ello en el caso de las cofradías. Porque montar los palcos o poner en marcha la máquina que quita la cera, cuando todo ha terminado ya, es parca miseria para la millonada que la iniciativa privada -la de las cofradías, claro- saca a la calle esos días para que la admiración de visitantes y jerezanos dinamice la hostelería o, cuanto menos, anime las calles con un espectáculo tan maravilloso como gratuito.
Bueno, pues no se lo van a creer si les digo que ha existido, este año, un intento municipal de cobro del impuesto por la ocupación de la vía pública de las hermandades. Como lo leen. Alguien dirá, ahora, que no fue exactamente así. Mientras otros lo verán como mera maniobra para asustarnos. A mí, sencillamente, me parece de poquísima vergüenza. Aunque el agua, afortunadamente para ellos, no haya llegado a río.
(La Voz, 25-01-09)
suena raro oir eso de... iniciativa privada al referirnos a las hermandades, pero tienes toda la razon.
ResponderEliminarquizas la misma que tienen los que critican el dispendio municipal en casas hermandades, para el disfrute de la iniciativa privada.
todo es como se mire
http://po-mire-uste.blogspot.com/
Lo que es una pena, es que un acto de fe, una celebración tan seria y tan importante como es para el cristiano, la pasión y la resurreción de Cristo, termine en un cartel de una oficina de información de turismo o de una agencia de viajes.
ResponderEliminarSi entramos en el juego de convertir nuestros actos litúrgicos en espectáculos, yo vería muy bien pagar un impuesto por usar la vía pública como todos los ciudadanos.
Gaby eres un fenómeno, te sigo tus comentarios, pues aunque yo sea catolico, apostolico y español... y crea en Dios y la Virgen y todo... aunque en los curas no crea... te sigo....
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, me llamo Ignacio Bermejo, y al margen de tener mi blog, al cual te invito, http://ignaciobermejomartinez.blogspot.com/
ResponderEliminarsoy el secretario de la Hermandad de la Sagrada Resurrección, y noticias como esta me dejan perplejo. En fin, esto es lo que hay y ante cosas como estas a uno le dan ganas de dejar de hacer el primo y ponen en sus manos tanto y tanto trabajo como realizamos, sin ánimo de lucro ni interés algunos, que el de hacer pública protestación de fe y potenciar nuestra ciudad de la mejor forma que sabemos.
Un cordial saludo
Muchas veces pienso, querido Gabi, que nosotros los cofrades deberíamos plantearnos muy seriamente el dejar de procesionar durante 5 o 10 años. A ver que pensarían todos aquellos que tanto nos critican y nos ven como usurpadores de la vía pública. Seguramente que nos mirarían de otra manera, o más bien dirían que le hacemos daño a la ciudad, o al turismo, o a la economía de Jerez. Vete tú a saber. Como dice Ignacio Bermejo en el anterior comentario, tengo la sensación de que hacemos el primo. Ya puestos, podríamos también cobrarles a los moteros los días de Gran Premio, ¿no? Un peaje en las entradas a Jerez. En fin, perplejo que me quedo, pero no me extraña nada viniendo de quien viene la supuesta idea. Un saludo.
ResponderEliminarSuscribo el comentario de mi amigo Manolo Jaen.No solo propondría no salir en unos años.Sino que desisitéramos de realizar ninguna actividad que no fuera nuestros cultos internos: no salidas, ni labor asistencial, ni restauracion de enseres, ni encargos de nuevas obras a artesanos,... Creo que el impacto económico sería realmente brutal.Espero que alguien con tiempo algun dia lo cuantifique.
ResponderEliminarAl caballero que nos echa un poco en cara lo de las casas de hermandad no tengo más remedio que decirle que lleva razón. Pero por esa misma cuenta habría que hacer números iguales sobre Peñas Flamencas, Asociaciones de vecinos,... que han tenido el mismo trato con una aportación a la ciudad creo que bastante menor.
Un saludo Don Gabriel
Enhora buena por tu blog. Me pareces un gran profesional y sobre todo un cristiano comprometido. Los "cabeza pensantes", porque no hacen mucho más, deberían dedicarse a paliar la crisis de otra forma en vez de "ahogar" una fiesta de fe que es una carta de presentación para una ciudad como Jerez.
ResponderEliminarGracias por alertanos, pero los cofrades deberiamos de dejar de darle vuelta y pensar acciones directas coger el toro por los cuernos.
ResponderEliminarFomentemos el derrocar al gobierno local en las urnas y vereis como cmbian de rumbo, es la unica manera que nos tomen en serios estos anticatolico.
No critiquemos al gobierno local por querer destruir todo lo que huele a religión, iglesia, curas etc.
ResponderEliminarActuemos directamente que somos soberanos.
En las próxima elecciones no votemos a esos partido de destrucción masiva de todo lo que huele a Católico, Apostolico y Romano.
Somos Mayoría
Jerez con mas de 30 Hermandades a una media de 500 Hermanos por cada una mas o menos unos 15.000, mas los ciudadanos que no son afines a esos partidos por otra causa y la oposicíón.
Terminariamos de una vez con todos los problemas que desde que esta este gobierno nos causa.