
Me he quedado pensando y he llegado a la triste conclusión: En efecto, España no será jamás campeona del mundo. Al menos por este camino. Y ojo, que no digo que los chicos de Vicente del Bosque no lo vayan a conseguir este próximo domingo. Que lo tienen muy bien y, de hecho, ya vibro con la posibilidad de la victoria de España frente a Holanda. Hablo, evidentemente, de otra cosa. No habrá ocasión de apreciar al país con esa misma capacidad de liderazgo que la Selección.
Si hemos de aguantar a ministros que, a falta de hacer política eficiente, se dedican al 'marisqueo' populista y, para más 'inri', los políticos de cierta periferia demuestran la insuficiente vista que han evidenciado éstos a los que escucho las declaraciones... España no será campeona del mundo, claro que no. Suerte, con todo, a nuestros jugadores, tan capaces de contribuir a la unidad del país como los políticos de hacer el ridículo. Dios santo, qué país.
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