Escucho a Pink Floyd y miro mi portada de Facebook. Eso son las vacaciones. Serenidad de espíritu y moverme sólo a mi gusto. Las carreras que me pida el cuerpo. Ni una más. Menos aún de ésas que me hacen velocista entre rueda de prensa y rueda de prensa a lo largo del año. Así comienzo hoy agosto, mes que se inicia teniéndome ya con un rodaje de una semana sin aparecer por el tajo. Con soledades escogidas y reflexión interior sobre esto, aquello y lo de más allá... Así pasan las horas. Y, eso sí, con el claro propósito de no perder ni una cosa ni la otra mientras tanto.
Abandonar la serenidad es cada vez menos probable en mi caso. Mal que me pese el recuerdo de apasionamientos explosivos protagonizados ha no mucho. De hecho un cruce de opiniones en una de las redes sociales pudo dar para ello hace un rato. Bastó, sin embargo, la moderada exposición de mi pensamiento, la reconducción del debate al plano en el que se generaba y comprobar que el ruido de sables tampoco iba camino de afrenta alguna. Por eso me alegro de la mesura convertida en botín de esa lucha de la vida que siempre procuré incruenta y no siempre se me concedió.
Y al respecto de la acción, del movimiento, del ejercicio, del dinamismo incluso en la reflexión... en esa parada y fonda en la posada del urgente aliento estival... conviene aclarar que nunca fue, durante el año, una huída hacia adelante sino la marcha hacia el futuro. Desconocido, quizá. Pero a paso firme pese a la incertidumbre. Y, con todo, aunque ahora en verano aún me sobresaltan, a través de mi android, correos, teletipos y mensajes de todo tipo sobre la actualidad... sólo me pongo en marcha para cosas como esa imagen de la foto. Y que poco se parece a mis carreras por el centro de Jerez a lo largo del año.
Sigo en ellas, en las movidas lúdicas, mientras quiero que me dejes decirte una cosa que, al llegar al final de esta entrada, me parece imprescindible. Posiblemente no hayas entendido mucho de todo lo expuesto y tendrás que releer para procurar percibir algo de lo dicho... de cómo y porqué hoy me ha dado por ahí... Pero no te preocupes, no es por tu culpa. Soy yo que pongo también, alguna vez, las neuronas a descansar. Pero debes saber que es mucho más que una mera descongestión estival de esos otros temas que, incluso en esa estación, poblan mi pensamiento 'blogerizable'.
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