Comienzo a bajar de mi mirador vacacional. Lo haré en un plis plas consciente que no me veré en otra igual hasta dentro de mucho. Y ahora, a una cierta distancia de esa silla desde la que ver el movimiento del mar plácido de un verano que no es otro más, toca cambiar de panorama. Y también de asiento.
Así, y tras haberme inoculado el estrés conscientemente, es cuando me digo: "Aún te queda una semana, Gaby!" Miel sobre hojuelas. Sólo a partir de ahí reconduzco con una inyección de optimismo, eso sí, mi propósito de ir asomándome a una nueva temporada de actualidad a todos los niveles.
En Jerez, incrementando su deuda con algún crédito ICO de ésos a los que los socialistas hacían ascos hasta que, gobernando ahora, abrazan también al ministro Montoro. En la provincia, dejando atrás un verano turístico que parece bueno. Y en Andalucía, testándose aún ese PSOE+Ciudadanos que nos toca al frente.
Pero llegará el final del otoño con esa enésima convocatoria electoral y, a ver qué ocurre en Cataluña antes, comprobar en Rajoy aquella máxima de las barbas puestas en remojo en función de lo que se va viendo en los anteriores comicios. Y las Generales llegarán con Jerez deseando aferrarse a los carrizos hasta cerrar año tan jartible.
Aún me queda esta silla al borde del mar sin embargo. Muy pronto he bajado de ella. Y lo he hecho hoy, creo, con ganas de cambiar de aires al fin, de volver al tajo. Pero visto que queda una semana para mi incorporación y, sobre todo, visto lo que me espera a la vuelta... subo de nuevo! Que se mueva el mar. Ya me tocará hacerlo a a mí.
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