El último producto de la factoría Pixar está en cartelera con el título 'Del revés' y, aunque no termino de entender el sentido de ese modo de llamar en España la original 'Inside out', la película se convierte en un acertado modo de explicar los mecanismos de nuestro cerebro. Cinco personajes se convierten, en la 'mesa de control' de la cabeza de una niña en tránsito hacia la pubertad, en los protagonistas de las tantas veces inexplicables reacciones de edad tan convulsa. Las pugnas entre ellos son toda una aventura digna de atención.
No creo que se trate de una película para niños. Y, por mucho que la exquisita capacidad creativa de sus autores ponga en liza una propuesta visual muy atractiva para ellos, lo cierto es que tendría que ser proyectada a los futuros neurólogos, psicólogos o psiquiatras que pueblan las correspondientes facultades del ramo. Item más, creo que han de verla padres con hijos en ciertas edades, personas dedicadas al trato con el público, curiosos de los intríngulis del pensamiento y adultos en general.
La actividad de la conciencia, el negro subconsciente, los recuerdos cotidianos y también los esenciales, las 'islas' de nuestras preferencias, los mecanismos de interconexión neuronal, las disfunciones y las resoluciones, las pugnas entre la alegría (líder del grupo en la evidencia optimista de la trama) con la tristeza (descubriendo finalmente su verdadera importancia), el miedo (tembloroso e inestable a cada paso), el asco (presto siempre a ejercer su papel) y la ira (explosiva, incendiaria...). Todo ello está en 'Del revés'.
Actuar tras verla quizá conduzca, imaginando procesos tan desconocidos por la generalidad, a contemplar posibilidades de mejora llevados de la mano de un personaje que, visto lo visto, es, más allá de convicciones de boquilla que tan a menudo podemos barajar, verdadero director de las mejores motivaciones vitales. En manos de la alegría comienza a ponerse este propenso a la melancolía que, tal vez, sea capaz de lo mejor en adelante. En la peli ella puede resolver el desbarajuste generado por los demás. En la vida real también puede.
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