Día de la Inmaculada

Cae la tarde de un anodino Día de la Inmaculada. Tras la entrada descriptiva de aquella salida dominguera o la más cercana sobre estos puentes de marras sólo resta que mañana llegue cuanto antes. Me queda lo vivido en la Catedral este mediodía. Genuino sustento de un día como éste, ya debiera ser alimento de una jornada más plena de algo más que de desaparición de todo el mundo. ¿Dónde está hoy la gente? "¡De puente, qué narices!"

Me lo dice una voz que, en su tono, me acusa de lelo. Y ya puedo yo acusar perogrullada en tan displicente exclamación contra una pregunta lógica, aunque no lo sea por la sorpresa de un Jerez vacío (la Catedral incluida en la pontifical de hoy) sino por la inquietud ante semejante falta de espíritu. Me quedo con las palabras de Monseñor Mazuelos en su homilía. Él puso alma a un día tontorrón de no ser por la celebración de la Catedral.

"El nuevo orden, fruto de la amistad con Dios" que supone el fiat de María Santísima, conmemorada en este dogma, fue argumentado por el obispo para, pese a que "todo comienza porque el hombre no se fía de Dios", superar la idea de que "Dios es un competidor que coarta nuestra libertad". Será esta creencia de algunos lo que mueve a que la nada (nihilismo) sustituya a cualquier alegría religiosa. A ser libres, qué caray.

Decía Mazuelos que "el hombre vive en la sospecha de que el amor de Dios crea una dependencia" y su reacción le lleva "a tomar, por sí mismo, del árbol del conocimiento, con un poder con el cree equipararse a Dios". Ea, pues a sustituirlo que fueron algunos al llegar este puente. "¿La Inmaculada? ¿Y eso 'pa' qué sirve?", dice uno que se mete conmigo por mis convicciones. En la Sierra se ha pegado estos días.
"Es el retrato de nuestra sociedad, cimentada en la cultura de la muerte", decía el obispo de ese olvido de Dios sobre el que predicaba. "¡Que no me moleste durante este puente!", me pedía el otro antes de irse a Grazalema y creyendo que tengo mano para llevarle el encargo al Altísimo! Exponente de "esas ideologías ateas que intentan desarraigar al Dios de la vida de nuestra sociedad", que decía Mazuelos, ya vendrá de vuelta a casa.

Más le vale que Dios le acompañe en su regreso por carretera.