El centro geográfico de Andalucía bulle en pleno día de la región. Antequera ha sido este sábado un no parar de saludar a conocidos. María del Mar, compañera periodista, ha sido la primera en encontrarme en El Torcal antes de iniciar un sendero entre sus formaciones pétreas. Al regreso al centro de interpretación ha aparecido un profesor de mi hijo en ese mismo lugar en el que los movimientos tectónicos producidos desde hace 200 millones de años han hecho de ese paisaje kárstico la delicia que es. Con Luis, un buen amigo cofrade, me topo en la iglesia de San Sebastián. En los dólmenes... Bueno... lo dicho!
Pero para lo que no parece haber sido este 28-F es para profundizar sesudamente sobre qué sea lo que realmente teníamos que celebrar en esta tierra del desempleo galopante, de tres décadas de autonomía incapaces de resolver los problemas de la comunidad, de los ERES, de la ruptura entre las izquierdas, de los cursos de formación, de las imputaciones, de los recortes en sanidad, de las mil caracolas en nuestros colegios... Para qué entonces el anual homenaje? Qué hemos resuelto? Hacia dónde va Andalucía si no al abismo de una brecha socioeconómica cada vez mayor con las restantes autonomías?
Aún recuerdo cómo, justamente en el Parador de Antequera, los andalucistas intentaban, hace más de veinte años, impulsar una apuesta por esta tierra que se cargaba de ideología y descargaba entonces sobre los escaños las mayores representaciones en el Congreso de los Diputados o en el Parlamento Andaluz que hayan tenido jamás. Supongo que, si conseguimos apartar toda ideología baldía así como esas maneras de hacer que terminan en manos de la jueza Alaya, no nos queda más que poner la mejor gestión posible al servicio de la rentabilidad social de los recursos que tenemos a nuestro alcance.
Consigamos o no el próximo 22 de marzo hacer de las urnas herramientas de verdadero cambio para nuestro triste sino, lo cierto es que no debiéramos tardar mucho más para dar la vuelta a esta situación. Sorteando piedras en El Torcal y explicando a mi hijo que lo que ahora teníamos ante nuestra vista fueron fondos marinos hace millones de años he llegado a la conclusión que si aquello fue posible ha de serlo también esta transformación que Andalucía necesita. Eso sí, para que la geología nos regalara el actual paraje antequerano debió llegar un inesperado repliegue. Y si las respuestas están en lo ahora inesperado?
Hola, Gaby.
ResponderEliminarLa verdad es que desde lejos se ve difícil que tu Comunidad tenga alguna esperanza de futuro: es chistoso que salga la Presidenta Susana pidiendo una mayoría para cambiar Andalucía. Pero nunca se sabe, a veces la gente vota de forma inesperada.
Un saludo.