Deja tuiteado una amiga que este domingo comienza a 'emprimaverar' la atmósfera. Y aunque no lo haya dicho así exactamente lo suscribo plenamente. Pero no es sólo el solecito éste, que no aparta del todo los últimos fríos de un invierno al que apenas le quedan dos telediarios. Hay otras cosas que ayudan.
El beso dejado esta mañana en una mano de madera policromada reviste, de pura veneración a Cristo a quien representa, otras connotaciones a considerar. Una cola de feligreses en San Benito, unos niños leyendo su ofrenda en El Pelirón, un bulle bulle que va en Cristina entre Letrán y Santo Domingo...
Es primer domingo de Cuaresma. Tenlo en cuenta. Que eso es para los cofrades? Sabes que no. No quites yerro a otro signo que pone celofán al día luminoso que exaltas. Lo que calienta el aire jerezano tal día como hoy es mucho más que esos rayos que no terminan de romper el solsticio.
Corren tiempos fríos que, en lo personal y lo colectivo, necesitan rearmarnos el espíritu. Eso es lo que este tiempo que llega nos pone al alcance. Aprovechadlo porque si lo dejamos pasar sin fruto alguno terminaremos llegando a la Semana Santa con la sensación de que Cronos nos pasó por encima como un camión.
El grano tiene que ser molturado para dar vida, dice el canto. Yo digo que ojalá la Cuaresma me curta, falta me hace tiempo ha. Ojalá de la tortura nazca la felicidad, de la penitencia... el gozo, de la incertidumbre... el camino verdadero, de la pena que pellizca... la alegría ahora insospechada. Feliz Cuaresma.
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