La verdad, como ente absoluto e innegable, como valor inmutable y supremo, está en horas bajas. Y como es más recurrente y menos comprometido hablar de mi verdad o la suya... Si ambas colisionan a nadie preocupará porque, hoy en día, de puro relativismo, parece que todos lleváramos la razón. Así nos va.¿Será por ello que alguno se alarma ante el título de la charla sobre información cofrade que me llevará al ciclo del Amor el próximo día 21? ¿Será que, a luz de esta sociedad en la que tanto nos cuesta mantener vivos nuestros valores, no hay mayor temeridad que hacer asomar alguna sombra de duda al respecto de la verdad de los demás?.Tenemos cerca el engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien, como lo define la RAE. Falacias de la información cofrade es el título que di a Manolo León cuando me pidió el tema y, aunque se anuncia un título que pareciendo lo mismo no lo es en puridad, lo cierto es que no es preciso acusar a nadie para corroborarlo. Pero también se falta a la verdad, y con daño manifiesto al propio periodismo ejercido o a las hermandades protagonistas de nuestra información, cuando se pretende que nuestras páginas en papel o en internet o nuestros programas de radio o televisión son o han de ser lo que nunca debieron. Y me apetece decirlo en voz alta.«Con ese título tienes que ir a saco», me han dicho. Pero así como siempre abominé a ciertos tonos informativos en esto de las cofradías, tampoco me puedo permitir, yo mismo, soberbia alguna o crítica sobrada a la hora de abordar el estudio de aquello que me propongo. El resto... En la casa del Amor. Acudan sin miedo, no llegará la sangre a río.
(La Voz, 09/11/2008)
(La Voz, 09/11/2008)
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