martes, 7 de mayo de 2013

La luz se hizo en el González Hontoria (Lunes de Feria)


Aspecto del recinto recién encendido el alumbrdo.
 El firmamento encendido que cubre el parque está listo para alumbrar durante esta semana tanto la evasión de los jerezanos, tan necesitados de ello, como la admiración de los visitantes, a los que se espera como agua de mayo. El millón de bombillas del recinto del González Hontoria comenzó a brillar formalmente anoche para dar por inaugurada una Feria del Caballo en la que este año se han vuelto a poner grandes expectativas. Y María José García-Pelayo, la alcaldesa de Jerez, fue portavoz de ellas recién pulsado el botón protocolario que apiñó los buenos deseos.

La regidora ha asegurado que es la ocasión para Jerez de “reivindicar a nivel internacional su rico patrimonio cultural y festivo en la cita que mejor reúne la idiosincrasia de sus raíces más personales”. Acompañada de la práctica totalidad de los miembros del Gobierno municipal, insistió en la vocación del Ayuntamiento de “primar un año más la atención a todos los servicios implicados para que el desarrollo de la fiesta cumpla los requisitos de seguridad, limpieza y calidad estética acordes a un evento calificado de Interés Turístico Internacional”.

Pórticos, arcos, guirnaldas y proyectores ya se asomaron, en parte al menos, durante este pasado fin de semana aprovechando la presencia en la zona de los aficionados a las dos ruedas. Pero el regusto del estreno no se perdió para una inauguración que provocó en la masa ingente de personas prestas a cogerla por la punta la admiración de quienes percibían la recuperación de las trazas de siempre para los diseños. Las necesidades de recortes camuflaron los cambios del año pasado en novedades que no terminaron de gustar. Pero esto, y a la vista está para los visitantes del Hontoria, es otra cosa.

Tres millones y medio largos de watios cuantifican un despliegue que, sin sabor a derroche, sí apuntan voluntades de mejora. Hasta la anunciada recuperación de los fuegos artificiales para el año que viene llega con vitola de brote verde para una fiesta a la que tampoco es que le hagan falta promesas que no sean las que garanticen que, desde aquí hasta el domingo, habrá ocasión de olvidar los malos tragos. Aunque sea en base a sustituirlos por esos otros que, en catavino o vaso en función de como vengan las temperaturas, ayuden a cruzar el umbral de las preocupaciones.

Los 30 grados de máxima registrados a lo largo del día de ayer en la ciudad ya apuntan a qué tipo de feria nos estamos acercando este año. Y, aunque la simpleza de semejante clasificación, ‘de vino’ o ‘de cerveza’ en función de lo que el calor requiera, no debe empañar la clase del jerezano que tomando el catavino con el pulgar y el índice por la base gusta de pasar la calorina sin perder la compostura ni su elegancia, lo cierto es que todo apunta a que el cielo retará este año los buenos usos y los tragos pueden ser buscados con efectos más refrescantes. Tiempo al tiempo.

Otra lesión a la costumbre. Las sensaciones del momento formal del encendido estaban ya más que testadas. Y no solo por el fin de semana motero que avanzó el fluido eléctrico decorativo. Todo el día de ayer estuvo trufado de primeras catas y reencuentros personales, familiares y empresariales con la cita de cada mayo. Las casetas, que este año preparan precios especiales y ofertas para que el domingo de Feria no languidezca como viene ocurriendo en los últimos años especialmente, ya han comenzado a hacer caja en la confianza de que siga la fiesta.

Tras las citas inaugurales convocadas por asociaciones, hermandades, peñas y demás colectivos para el mismo fin de semana, el mediodía de ayer, toda vez que la Feria estaba aún por encenderse protocolariamente llegada la noche, también contuvo numerosas comidas de empresa, de amigos o de socios de caseta. Un ejemplo, ‘Los Cabales’. Ese puñado de bien traídos feriantes, unos setenta comensales en torno a la larga mesa preparada en su caseta del Paseo de Lola Flores, dedicaban un homenaje al Colegio de Abogados de Jerez en su 250 aniversario fundacional.

Tampoco la zona de las atracciones se vio falta de ambiente, aunque no son pocos quienes se han reservado para hoy. Este martes es Día de los Cacharritos, para goce y disfrute de los más menudos visitantes de la Feria del Caballo. Y la consideración de los precios más bajos sigue siendo, por mucho que el año que viene regresen los fuegos artificiales, argumento de cabecera para unos padres realistas que se saben en el punto de la crisis en el que nos encontramos. Salvo que las colas les superen, que también puede ocurrir. Este año habrá una segunda jornada el próximo domingo.

Y más allá de los cacharritos, donde la cruda realidad de los acampados que viven de la venta ambulante y otras actividades tan necesarias para que estas familias de españoles, portugueses y rumanos salgan adelante se visibiliza de modo menos elocuente, tocaba puesta en marcha del plan de atención que la delegación de Bienestar Social ha mejorado este año. Folletos trilingües esperan ayudar a que los asistidos conozcan los servicios que se pone a su alcance bajo el lema ‘Di no a la mendicidad infantil’. Luego se hizo la noche. Y con ellallegó la luz. La Feria del Caballo está en marcha.

(La Voz de Cádiz, 07/05/13)

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