Esta mañana me he puesto chorreando en la moto. Creen, ustedes, que hay derecho a día de hoy: 9 de junio? En efecto ha llovido, y lo sigue haciendo. Y no tiene pinta de parar.
Llueve. Pero no sobre mojado, que es muy recurrente para metáforas facilonas. No se preocupen que no me llevaré el asunto a ninguna vereda con la que el 'tonto' insista.
Dichos populares aparte, lo cierto es que llover sobre seco tiene sus inconvenientes. Serios, sobre todo, si se circula en moto. Prueben, prueben, que tendrán una experiencia excitante.
El polvillo apenas perceptible sobre el asfalto se convierte en una fina capa de barro al caerle las primeras gotas de una lluvia tan nueva como ésta que llega cuando ya la habíamos olvidado.
El riesgo de dar con moto y motero en el suelo es lo más normal del mundo cuando la cosa se pone como hoy encontramos las calles. En fín, mucha prudencia y grandes dosis de sensatez.
Como la vida misma. Uy, se me escapó una nueva posibilidad de metafórico aprovechamiento de estas cuatro líneas nacida del incomodo de un chaparrón que aún me tiene húmeda la camisa.
Pero es lo que tiene: la falta de costumbre hace que recibamos mal un 'chaparrón' sea de lo que fuere. Y patinamos. Es tiempo de resbalones. Y el riesgo es grande, también, cuando llueve sobre seco.
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