Ahí me ven, en el número 228 de la calle Arturo Soria, donde las religiosas de la Anunciación tienen una casa de espiritualidad que, por su cercanía a la calle Añastro (donde se encuentra la Conferencia Episcopal Española), vuelve a convertirse, por tercer febrero consecutivo, en mi casa durante estos tres días. En la muy transitada vía urbana, la capa de nieve cubre a los vehículos irremisiblemente. En el jardín de las monjas, en cambio, la circunstancia meteorológica adquiere el tono de bucólico momento que no desperdiciar para que Agustín dispare su cámara.
El secretario de la Delegación jerezana, buscando la estampa pintoresca. El delegado, jugando con la nieve. En Jerez, como me confirman por teléfono, cayendo 'la mundial'. A dos días del comienzo de la Cuaresma todo indica que se mojará la ceniza para sufrimiento prematura de los cofrades. A dos días de la llegada de tan esperado tiempo litúrgico yo lejos de mi ciudad. Es más, a dos días de que nos tiznen la frente, cualquiera diría que estamos en plena Navidad. Ahí queda la imagen para testimoniarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario