sábado, 18 de junio de 2016

Arrancando yerbas!

El patio ya no es lo que fue. Y es el arriate desde luego el que, de modo especial, no está para farolillos, la verdad. Pero el sabadito viene como viene. Heme aquí pues afrontando que aquella jardinería que una vez me entusiasmo, por poco tiempo la verdad, ahora es algo así como una afrenta a mis ansias de solaz. Si a eso sumamos que ponerme los guantes y echar mano a los manojos trae de la mano irrefrenables recuerdos a mi padre, que tanto tiempo dedicó en vida a tener el patio como Dios manda...

Dicho ello, oye, si respondo el encargo de mi adorable madre quitándole yerbas al arriate ya vamos bien. Y es que junto a los rosales, clavellinas y tagetes no faltan dientes de león, ortigas y grama. Cojo pues guantes y escardillos y a llenar bolsas. Es un trabajo que puede llegar a ser tan monótono que precise ir entreteniendo la mente para estimular las ganas de tirar de las yerbas hasta sacarlas de raíz. Así ha sido como les he ido poniendo nombre a medida que iban terminando en la bolsa.

Algunas de esas malas yerbas llevan nombres propios. Y no descartes, querid@ amig@, que alguna lleve el tuyo si nos conocemos y tu paso por mi día a día ha sido dañino para alguna de las flores que me dan gasolina para sacar cuello en el arriate de la vida. Otras me han picado como lo hacen aquellas situaciones que solventadas con mi estrenado desparpajo sé que te dejan perplejo. Asume que en la sorpresa está la sal de la vida porque no necesito que nadie me perdone aquello que aún no entiende.

Queden las flores que me dan color. O el verde esperanza de esas plantas llenas de vida que prometen alegrías una vez liberadas de las molestas yerbas que, al menos, venían ocupando tierra fértil que no les corresponde. El Señor, en su infinita misericordia, acoja en su seno las indudables buenas intenciones de esta limpia del arriate y eche un poco de su ternura junto a los matojos que van ya camino del bidón de basura. Ya bendecirá también con el riego necesario las rosas que dan contenido a mi arriate.

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