martes, 1 de marzo de 2016

Al mundo yo pido venia para salir con mi cruz


(De mi segunda Exaltación en el Calvario, 26/febrero/2016)
El primer saludo para el Señor Yacente del Santo Entierro, antecediendo mis mejores deseos para todos ustedes, no ha podido evitar, al inicio de este mi segundo envite en este acto… diez años después de aquella otra Exaltación en el Calvario… encontrar al periodista que soy como mejor aliado para el hombre de fe en el camino del descubrimiento de las grandes realidades de nuestro tiempo, ésas que si se nos escapan nos dejarán fuera de juego.

Profundamente cristiana como siempre, mi palabra ahora, una década después, quiere ser la levantá que pone en marcha una chicotá nueva. Y, porque si permanecemos en la sugerente encarnadura del Señor o en la Piedad de María Santísima bajo su rico palio o en el terciopelo de nuestro antifaz o en la gallardía de nuestra estampa costalera… y lo hacemos sin salir al mundo a convertirlo en el itinerario de la procesión de nuestras vidas, difícilmente serviremos para algo.

Cuanto antes lo entendamos mucho mejor. Por eso aceptar por segunda vez la posibilidad de exaltar desde esta Real Capilla del Calvario una Cuaresma que ha de ser bastante más que olor a incienso y cera ardiendo en nuestros altares. Que desde ellos, la celebración de la Eucaristía y el rezo a nuestros titulares en triduos, quinarios o septenarios nos lleve pronto a hacernos presentes en un mundo que necesita urgentemente el compromiso de gente como nosotros.

Al mundo yo pido venia
para salir con mi cruz.
Que el mundo no crea que tú
eres, o yo, quien convenia
cruzadas que pierdan calma.
Y ahora, que abrigo en el alma
que el mundo sea indulgente,
me abrazo a ese crucifijo,
lo propongo y no lo exijo
con mi llamada insistente.

Quiero ser tu penitente
y nunca alguien sectario.
Quiero, Cristo del Calvario,
ser testimonio silente
de mi fe tan cofradiera.
Quiero que la torrentera
de signos que nos encantan
sea en el atrio expuesta
a los gentiles en esta
grandiosa Semana Santa.

Quedarás en la bonita
capilla que nos abriga!
Pero saldrás con quien siga
con papeleta en la cita!
Tú te quedas en la Cruz
sin que recibas la luz
que en mi verso también canto.
¡¡Pero guardas cual sagrario,
Santo Cristo del Calvario
la tarde del Viernes Santo!!

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