Tiene poco que ver con lo que hemos visto estos días en nuestras calles. Menos aún con las que cabalgan los Márquez, Lorenzo o Pedrosa. Pero ellos, ni unos ni otros, las tienen que usar para aparcar en el centro a diario, para correr al PTA y atender cualquier convocatoria de prensa o para ver de qué nuevo modo se quejan en la inconclusa carretera de La Barca los vecinos del lugar. Todo sea por la buena marcha del negocio.
Los pringados que nos aferramos a la fiabilidad de una de esas dos ruedas que no cuentan ni con staff técnico como los desplegados en nuestro trazado durante este fin de semana ni con las atenciones dispensadas en esas máquinas que nos han causado tanta admiración también celebramos el anuncio, ayer por Vito Ippolito (el presidente de la FIM), de la declaración de Jerez como Capital Mundial del Motor 2015.
El 31 de diciembre próximo dejaremos de ser Ciudad Europea del Vino, aunque sólo de modo oficial porque no pueden llevarse los méritos que nos han traído hasta aquí. Y al día siguiente ya ejercitaremos una nueva capitalidad. Falta nos hará dar continuidad a ese cierto protagonismo internacional que venimos viviendo. Mal que nos pese que aún hay muchos problemas que resolver. Nada mejor, sin embargo, que motor nuevo para ello. En ello estoy yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario