He estado en Asturias en más de una ocasión. Han sido visitas familiares que me han permitido descubrir algunas de las delicias de la cuna de Pelayo y la Santina. Y en el corazón montañoso de esa maravillosa tierra verde saboreé un queso azul que, hermano del más famoso Cabrales, no tiene mucho que envidiarle al rey de los sabores de los Picos de Europa.
Cuando ahora se pone de moda Gamonal como nombre del turbulento barrio burgalés cuyas obras en la avenida de marras han generado las sorprendentes guerras urbanas más allá del propio espacio físico afectado no puedo evitar recordar ese singular sabor asturiano que, sin nada que lo relacione con el mal paladar que adquieren las movilizaciones, tanto me agradó en su día.
Si volvemos a las protestas por las obras ahora paralizadas por un alcalde al que han acojonado con reacciones tan desmedidas terminaré afirmando que, al respecto de tanto alboroto, tengo la convicción de que alguien, en efecto, nos la está dando con queso. De verdad era para tanto, en Burgos y tan lejos de la ciudad castellana, lo que el presumible error cometido merecía?
Siempre me ha parecido que el crujido social del pueblo llano en medio de tantas dificultades puede ser considerado legítimo por sí mismo, en virtud de los daños que verdaderamente se estén sufriendo por una generalidad que tanto viene/venimos sufriendo recortes, apreturas, desempleo y pobreza real. Pero aprovechar cualquier cosa para ello me parece... ruín?
Habrá intereses enfrentados. Un alcalde que gasta los impuestos de su población en obras menos urgentes que ayudar a frenar el paro, ayudar a los necesitados, etc. Y unos empresarios que quieren aprovechar el tiron de unas obras, para seguir pagándo nóminas, aunque la del gerente y "concejal de turno" crezca desproporcionadamente. La vida misma de ésta España que nos han impuesto la mafia politica actual.
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