sábado, 9 de julio de 2022

Que nadie me busque cura

La traducción al latín es mi estado de WhatsApp, lema de vida que señala un ánimo que se renovó en su día con gran ayuda de la peregrinación jacobea y que me permitió aprender algo importante: el estatismo sólo nos permite quedarnos a vivir en el albergue del inmovilismo.

Mi 'semper itinere' ya tituló otra entrada de este blog hace un año. Laten permanentemente las enseñanzas del Camino francés (2016) y portugués (2018) que contribuyeron tan decisivamente a la confirmación de tantos detalles como avalan mi hoy y que tantos siguen sin entender.

Es julio, a 15 días de la fiesta de Santiago, Año Santo Compostelano, mi amigo Josemari Núñez me manda fotos del suyo inglés recién hecho y mis hijos Sergio y Carlos preparan el que realizarán en el marco de la Peregrinación Europea de Jóvenes, cita auspiciada por el Papa Francisco.

Y ahora, para más 'inri', es nombrado Jesús Rodríguez Arias para que pronuncie el Pregón Jacobeo de Jerez. A riesgo de parecer poco correcto, no me quedaré sin decir que todo lo que mi amigo dice es 'lavangelio'. Razón por la cual lamento mucho estar en el extranjero cuando ello ocurra.

Corazones 'semper itinere' faltan en el mundo. Y el Camino de Santiago es tal fuente de inspiración que canso recomendándolo a diestro y siniestro. Hace cuatro años que no salgo a esos itinerarios jacobeos pero el bicho del cambio ya me picó en su momento. Que nadie me busque cura.

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