jueves, 6 de mayo de 2021

El efecto mariposa

Algo ocurre en Madrid y el aire se enrarece en Andalucía, por ejemplo. Y entonces encontramos un ejemplo prodigioso para aquella explicación que nos habla de cuánto puede ocasionar, mucho más allá del lugar de origen, una mínima variación de las condiciones en que ocurren las cosas.

Pero ni es ínfimo lo ocurrido allá donde el Prado y la M-30 esta semana ni vamos a echar la culpa de todo a lo que llegue de fuera. Y, con todo, es tan cierto que el efecto mariposa demuestra que estamos intercomunicados por finos hilos como que todos, allí y aquí, somos hijos de la misma civilización.

El virus, póngase por caso, nos tiene tan demostrado que lo ocurrido en un lugar llamado Wuhan, cuando fuera, nos ha regalado un añito de padre y muy señor mío como que haber hecho las cosas mejor en todos aquellos lares en los que se haya podido ha aminorado el estado de cosas. Y la política igual.

En el mejor de los casos los cambios son buenos. En el peor podríamos cejar en el empeño de ser nosotros mismos. Y a mí me parece que al final, allí, aquí y donde quiera que fuere que alguien se pare a pensar, lo mejor es ponerse el mundo por montera e ir de frente con las convicciones. Como en Puerta del Sol?



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