La coincidencia del coronavirus con esta otra pandemia novelesca de ceguera contagiable que da contenido al tercer libro es pura casualidad que, con cifras disparadas y medidas recluyentes, llama la atención.
Pero no es el problema sanitario el único nexo que aprecio entre la realidad que inquieta hoy al mundo y la ficción que estamos disfrutando en la publicación. También veo mucha ceguera en torno al mal que llena telediarios.
Excéntricos acopios de provisiones, tutoriales sobre mascarillas caseras, bolsas de Mercadona en la cabeza de ilusos de la prevención, partidos sin público con muchedumbres a sus puertas, bulos increíbles...
Qué lástima que ya no esté el luso Nobel de Literatura entre nosotros. Qué novelón nos hemos perdido. Apagar la coronavírica tele que nos toca para coger este 'Ensayo de la ceguera' es, de hecho, recuperar la vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario