lunes, 9 de abril de 2012

La Motorada y la Feria solo llenarán los hoteles los fines de semana

Foto La Voz
Las cifras del balance definitivo de ocupación hotelera en la ciudad durante la Semana Santa están con concretarse pero desde días antes de la llegada de esta celebración las previsiones de inestabilidad meteorológica, pese a que luego el agua no llegara a río, ya comenzaba a señalar un nuevo handicap para el turismo de la zona. Y aunque al final se alcanzaran números similares a los del año pasado en Jerez (65,75% hasta el Miércoles Santo y 90,56% de Jueves Santo a Domingo de Resurrección) lo cierto es que la necesidad de un despegue mayor en el peor año de la crisis sigue sin encontrar el eco que la ciudad necesita con urgencia.
Por ello la mirada comienza a estar puesta en las próximas citas festivas de un tiempo en el que se espera no encontrar con obstáculos que hagan la pascua a los intereses de los jerezanos. La lluvia ha sido uno importante en la recién concluida Semana Mayor. «El tiempo ha afectado mucho con lo cual ya veremos el lunes (por mañana) cuáles son los resultados, sobre todo de jueves domingo, que es el periodo más alto a nivel vacacional y ocupacional», dice Antonio Real, delegado de Turismo, Cultura y Fiestas y hombre que, por dedicación profesional anterior, conoce bien el paño. «El tirón es también de costa», añade en la línea de entender sinergias que, en cualquier caso, dependen de un sol garantizado para el turista.
Una mirada a las dos próximas citas, el Mundial de Motociclismo y la Feria del Caballo, lleva a Antonio de María Ceballos, presidente de Horeca, a vaticinar que «con las motos, lo normal es que Jerez se llene y las poblaciones circundantes no lo hagan, como ya ocurrió el año pasado», señala reconociendo que el pertinente sondeo está aún por hacerse. De María es crudo en el reconocimiento de aquello que espera: «Se quedarán más camas vacías con motivo de la crisis, tanto en las motos como en la Feria; el año pasado hubo varias habitaciones vacías en Jerez, que no hizo un 100% sino que se quedó un par de puntos por abajo y el año anterior se hizo un poco más».
El presidente de Horeca recuerda, sobre la afluencia de visitantes, que «cada año viene a menos, y las poblaciones cercanas lo tienen peor aún». Basta hacer historia para ello. «Antes, encontrar habitación en Jerez era imposible y, sin embargo, llevamos ya dos años consecutivos de habitaciones vacías», dice sentenciando: «Este año lo más seguro es que agrandemos el boquete». Y sobre el Mundial de Motociclismo y la presencia de aficionados en la ciudad es claro: «Quiérase o no, cerrar la ciudad a las motos ha tenido un efecto negativo, eso es evidente». En resolver eso trabaja ya el Ayuntamiento a la búsqueda de los moteros que dejaron de venir por las restricciones.
Noche motera
«Las perspectivas son cambiar un poco lo de otros años y aprovechar el tirón para que Jerez saque la tajada económica adecuada con respecto a otros años», dice por su parte el delegado de Turismo. Antonio Real recuerda que otros años «hemos visto las motos pasar por nuestra puerta y, en esta ocasión, el esfuerzo de todos –asociaciones, comerciantes e instituciones– es para que esta presencia nos cunda toda la semana». «No podemos vender un fin de semana sino tratar de vender todo nuestro potencial turístico», añade en la convicción de cuanto pueda conseguirse por medio de una programación de actividades que cambie el ruido infernal de las exhibiciones callejeras por otra cosa.
La Noche Azul y Blanca celebrada con motivo del patrón San Dionisio o la Noche Verde y Blanca del día de Andalucía se contemplan ya como espejos posibles a la hora de plantear los ingredientes que reconduzcan aquello a lo que estábamos acostumbrados, hasta que se cerró la ciudad. No está bautizada ni se han adelantado aún los acontecimientos que nutran la noche motera en cuestión pero puede decirse que pretende actividades en el centro, en plazas con provecho comercial y cultural al uso de lo que las dos anteriores vividas han mostrado en su momento, pero también contará con otras actividades relacionadas al mundo del motor».
«Hemos tenido a la ciudad de espaldas y tenemos que beneficiarnos todavía más del tirón del Gran Premio, que tiene aún mucho que darnos a los jerezanos», indica Real sobre una cita deportiva que tendrá lugar el próximo 29 de abril. «Va a ser difícil este año porque hemos tenido cerrado el centro de la ciudad, pero vamos a poner todo nuestro empeño en tener propuestas durante toda la semana», explica agradeciendo ya de antemano la colaboración que en estos preparativos prestan los moteros del Club Cherokee y los comerciantes tanto de Acoje como de Asunico. Los hoteles, con un volumen de ocupación bastante imprevisible aún, darán las cifras del posible éxito.
Tres cuartos de lo mismo, la intención de que el beneficio no se concentre solo en el fin de semana, es lo que se pretende para la Feria del Caballo. «Será el sábado cuando se llenen los hoteles», dice Antonio de María. El presidente de Horeca estima para el resto de la semana –este año un día menos toda vez que la fiesta no enciende su alumbrado hasta el lunes– entre un 70 y un 75% augurando entre el 90 y el 95% para el fin de semana, «aunque todo esto es hablar por hablar porque está por ver, por ejemplo, si va a llover o no». De nuevo las precipitaciones, que si para la Semana Santa pueden haber sido determinantes –a la espera de las cifras– para la Feria serían letales.
«La inestabilidad ha marcado la llegada de gente en Semana Santa, totalmente», dice De María para el que «no es que se hayan producido anulaciones en cifras importantes por el mal tiempo, lo que pasa es que no se habían llegado a hacer las reservas». «Si hubiera hecho un tiempo como el que tuvimos hace un mes hubiese sido una Semana Santa histórica», hasta ese punto cifran en el sector hostelero la importancia de la meteorología. «Pero hay mucha gente que quiere venir en Semana Santa pensando en la playa, son esos cuatro días que suponen el primer baño de sol para el visitante», apunta lamentando que, encima, «tampoco ha llovido tanto como se esperaba».
Sí lo suficiente, en cualquier caso, para que los hoteles jerezanos hayan notado la merma. Uno de los cinco estrellas de la ciudad, el Prestige Palmera Plaza, solo ha llenado la mitad de sus 52 habitaciones. Y ello durante los días grandes. «La cosa está chunguilla», dice Violeta Ballesteros, recepcionista del establecimiento, quien por contra se complace al verificar el lleno que ya esperan para las motos. Pero hasta en ello hay matices: «Sí se nota que el año pasado había más demanda en los días anteriores y ahora se reserva solo el fin de semana». «Para la Feria no andamos mal», añade calcando la situación: completo para el fin de semana pero sin llegar a esas cifras los primeros días de la fiesta del Hontoria.
Acudir a un cuatro estrellas como el NH Avenida ha sido encontrar un 98% de ocupación el Viernes Santo y un 100% el Sábado Santo, como reconoce la recepcionista María del Valle Pérez. El 50% del Miércoles Santo y el 30% del Martes Santo dan cuenta de esa inercia contra la que se quiere luchar en próximas citas. El viernes y el sábado de motos estarán al 100% pero el domingo se baja al 40%, el mismo porcentaje del jueves previo. Algo parecido ocurrirá en Feria en este establecimiento tan próximo por otra parte al recinto de la celebración.
En cualquier caso, «cuando hay vacas flacas la gente tiende a viajar lo menos posible y en desplazamientos más cortos», recuerda Antonio Real. Y las de 2012 pueden ser las más flacas de cuanto llevamos de crisis.
(La Voz, 08-Abril-2012)

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