lunes, 9 de abril de 2012

Una huelga que roza el record

Foto La Voz
La prolongación de la situación conflictiva que en lo laboral vive la ciudad conduce a escenarios como aquél al que llega la plantilla del servicio de transporte urbano de viajeros. Los trabajadores de Urbanos Amarillos, la empresa concesionaria, iniciarán hoy una nueva semana de huelga que, de modo consecutivo comenzará a sumar once semanas de paros en demanda de los atrasos salariales.
El mismo número de semanas alcanzado con similar huelga e idénticos motivos el año pasado se alcanza en medio de una situación de inmovilidad solo rota desde la propia plantilla con sus movilizaciones reivindicativas. Nada se sabe de la empresa -«está desaparecida», dice Ángel Morales, el portavoz del comité de empresa- y tampoco el Ayuntamiento parece tener mucho que hacer al respecto.
«Desgraciadamente novedad no hay ninguna, mañana echamos la semana once e igualamos ya la anterior huelga», lamenta Morales mostrándose vagamente esperanzado de que no consiga finalmente batirse el triste récord establecido en 2011 con la anterior convocatoria. «Ojalá no acabemos esta semana de huelga», dice apuntando que, en efecto, «aquí no hay movimiento alguno».
Servicios mínimos en talleres
La situación de dejación de la flota de autobuses es tal que hace ya tiempo que no pueden garantizarse los servicios mínimos que establecen el funcionamiento de 19 vehículos. Durante la Semana Santa apenas si hubo ocasión de mantener una docena en marcha como media. «El Martes Santo hubo una decena funcionando y el Miércoles Santo fueron 15 los que pudieron estar en servicio.
Debe tratarse de una de las pocas huelgas en las que, en lugar de ostentar los trabajadores la tentación de apretar más en sus reivindicaciones por medio del incumplimiento de los servicios mínimos regulados, éstos quedan fuera de toda cobertura posible sin que haya de mediar acción de la plantilla. En este caso, semejante estado de mantenimiento de la flota por parte de Urbanos Amarillos.
«No sé si los compañeros han conseguido arreglar alguno de los estropeados, mañana (por hoy) lo comprobaremos», añade consciente de que pocas cosas pueden ya sorprenderles. «Lo que se está pidiendo es cobrar y la empresa no da señales de vida ni el Ayuntamiento hace mucho», recuerda señalando que «el comercio, los colegios y los trabajadores siguen, mientras tanto, sin transporte».
La plantilla tiene miembros que, junto a lo que les dejó adeudado la anterior concesionaria, Cojetusa, llevan sin cobrar de Urbanos Amarillos desde final del pasado año. «Entre un 30 y un 40% de los trabajadores aún no han terminado de cobrar diciembre», punta Ángel Morales. Las nóminas de enero, febrero y marzo faltan en hogares modestos y «esto va a terminar con la salud de los compañeros», añade.
(La Voz, 09-Abril-2012)

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