Unos años después paseo sereno por el centro con mi playlist al oído. Amaral se empeña en que "sin ti no soy nada". Parecía cierto. Una identidad de almas sorprendente.
Termina la asturiana y llega un fulano, del que no recuerdo el nombre, con la enésima versión de 'My way'. Preciosa actualización que no olvidaba que "por ti lloré y también amé".
Un charquito. En eso quedó el océano. Pero nunca lo quise creer. Y creí, creí fuertemente en el poder de lo que sentía. Pero llegó un otoñal aviso. Sólo ante el sagrario me templé.
Nada volvió a ser lo mismo. Pero las promesas sobre que podría llegar a ser incluso mejor me remojaban en perfume de esperanza. Y seguí creyendo en el imposible. Lo llaman tozudez.
Hoy en día mi cara, cuando visito a mi Amigo, ya no está desencajada. Merece que llegue con la alegría de la vida que me regala cada mañana. Y el dolor empieza a diluirse.
Rezo para que el haz de luz vuelva a ella, inspire su vida como hace con mi recuerdo y con mis deseos de futuro. Pero es más difícil quedarse con charquitos en los que no cabemos.
Tengo un gran manantial cerca. En Él el amor es perdurable y fecundo. Ven conmigo. Y sigue confiando en una historia que, aún, puede seguir siendo apasionante. Todo lo difícil lo es.
#semperitinere 👣
#sempertecum 🌷
#decolores ❤️🔥
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