domingo, 11 de octubre de 2020

Coma

Se baraja la posibilidad de un lugar onírico en el que se encuentran las psiques de los pacientes en coma. Y, considerado una especie de baluarte del que alguna vez se saldrá recuperada la salud en el cuerpo, no deja de ser, de algún modo, lugar en el que quedarse. Quizá por descubrir habilidades que no habían asomado en la vida... normal.

"Sin la carga de los recuerdos se puede partir de cero" dice uno de los personajes, el líder de la comunidad que habita este sitio en el que, por superposición de los sueños y amagos de aparición de aquello que olvidaron, quizá se convierta para muchos en el destino definitivo. Voluntades sin ánimo ni fuerza para regresar, con su cuerpo claro, al mundo que dejaron.

'Coma' es una extraña película con la que me topo en la sobremesa de este domingo de mente abierta a extrañas experiencias quizá extrayendo algo que aprender. Es una de esas cintas que, de pronto, generan desde la pequeña pantalla la necesidad de saber hacia dónde van sus personajes. Y a dónde se llevan nuestra psique, claro, abandonando al yo del sofing.

No me he podido resistir, mientras la veía, buscar algo que me ayudara a entender lo que estaba viendo. Es un film de 2020, ruso, del director Nikita Argunov, con efectos útiles a la hora de generar en el espectador la sensación de realidad de ese prodigioso mundo de la mente al que agarrarnos mientras el cuerpo yace a la espera de la deseada recuperación.

Y deja pensando. Convierte la laxitud de la hora de la siesta, ésa tan proclive a visiones que no provoquen grandes reflexiones como el león que persigue a la gacela en La 2, en un bulle bulle que, pese a la relajación que se impone, hace que la mente hierva llena de conclusiones y aplicaciones a tu vida. Como ocurre a los personajes de 'Coma'. Más o menos.

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