sábado, 25 de octubre de 2014

Otoño templado

Hace ya casi dos meses que no escribía nada en este nuestro blog. Y sé que ni aunque asegure en estos momentos que vivía con intranquilidad esa ausencia de mi bitácora entre vuestras lecturas, cosa relativa cuando acabo de repasar las estadísticas de visitas durante este tiempo y comprobar que las entradas antiguas también os han acompañado durante estos días, poco me libero, sospecho, de vuestros más que presumibles reproches.

Llega ahora por tanto mi enésima promesa de continuidad escritora. Pero sobre todo llega la oportunidad de que comprobéis que no ha sido tiempo en balde. Ni mucho menos. Han pasado cosas. Y seguirán pasando, claro. Habrá algunas dignas de ser publicadas y otras no tanto pero que, aun en ese caso, seguirán forjando la personalidad de quien se apresura a volver a volcar negro sobre blanco todo aquello que se me vaya ocurriendo. Preparaos pues.

Desde aquel último post comenzó el curso escolar con sus eternas precariedades no resueltas por la Junta, Rajoy ha retirado su proyecto de nueva ley del aborto, Pacheco ha ingresado en la cárcel y Pilar Sánchez es también condenada, la crisis no se acaba por muchos signos que aporte la macroeconomía y los partidos andan ya disparados, primarias atrás de quien correspondiera, a la lucha por cada uno de nuestros votos.

¡Hasta Alvarito Ojeda ha conseguido ya su antiguo objetivo de hacerse sitio en la España mediática (cuál niño Nicolás)! No hay nada imposible en la vida. Sean cuales fueran nuestros talentos. ¿Que no sabéis quien es? No seáis cachondos, que os gusta un video casi tanto como a él. Y luego el humo en las redes con cualquier vainería y la repercusión de un pensamiento enlatado o los 'me gusta' regalados con generosidad de voluntario de 'oenegé'.

Cuando hace un par de décadas se anunciaba otoño caliente solía significar otra cosa. Sindicatos, movilizaciones, protesta... Ahora estamos inmersos en una dinámica encaminada hacia lo desconocido por la que la resignación ante la situación o la esperanza en un futuro mejor sin necesidad de arder de desesperación se codean dejándose sitio a ratos la una a la otra. Otoño templado pues. Hasta en lo que al tiempo se refiere.

Dicho lo cuál, y como visto lo visto probablemente ya no estemos 'pa na', dediquémonos mejor a disfrutar de lo que tengamos a nuestro alcance. Es lo que nos queda mientras unos se deciden a mejorar esto y otros a disfrutar a la espera de que las buenas noticias lleguen hasta el gollete de esa botellita medio llena que es casi siempre mal consuelo pero eficaz lenitivo contras las penas que nos asedian. Hala, que ya he vuelto!

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